¿Son efectivas las terapias de rehabilitación para presos?

En Ciudad Milagro, Florida, la ley impide a los agresores sexuales residir a menor de 750 metros de colegios, guarderías o cualquier lugar de reunión de niños. De hecho, en todo el país, el registro de depredadores sexuales es público, se puede consultar por Internet, hasta en español. Esto significa que cualquiera puede acceder a los antecedentes de los condenados, conocer su aspecto y dónde viven. Existen, incluso, aplicaciones que muestran dónde está el peligro.

Sin embargo, las estadísticas muestran que estas medidas no suponen una reducción de los delitos, ni de la reincidencia.

En España, solo la víctima sabe que su agresor ha salido de prisión. Desde hace tres años hay un registro de personas con delitos sexuales, pero es privado solo lo pueden consultar entre otros jueces y la Policía judicial.

Bernardo Montoya no estaba ni siquiera en este registro porque nunca fue condenado por un delito sexual. Tenía antecedentes por asesinato, amenazas y robo. Según los expertos, su perfil psicológico hace difícil la reinserción.

Sin embargo, los psicólogos insisten: los tratamientos de rehabilitación para agresores sexuales en la mayoría de los casos, sí dan resultado. No obstante, apuestan por mejorar la vigilancia de los excarcelados.

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