Madrid, cerrado a la contaminación

Sin poder superar los 70 por hora los conductores han llegado a las puertas de Madrid y se han encontrado con estos controles de policía para no dejar pasar los malos humos. Sólo los vehículos más ecológicos tenían permiso para entrar en la ciudad si no querían encontrarse con una multa de 90 euros. Fuera se quedaban hasta los enfados de los conductores que tenían que dar media vuelta. Muchos han optado por un transporte público hoy reforzado, aunque ni Metro ni Cercanías, pertenecientes a la Comunidad, han aumentado su frecuencia. Según los datos del ayuntamiento en la M-30 se ha reducido el tráfico un 8% y en el centro un 5%, dejando un Madrid más libre de malos humos.