Mientras los tres estaban cocinando (bueno, Belén cocinando y Feliciano y Bertín de apoyo moral), Belén ha comenzado a hablar de lo mucho que ha sufrido la persecución de los medios de comunicación “en los últimos tiempos”. “Me han seguido a todas partes, hasta al mercado. Para mí ha sido muy desagradable pensar que la gente se creyera que soy tan mala como decían. No fue nada agradable, ni tampoco ver la vida privada de mi hijo expuesta de una forma que no me podía ni creer”.