El momento en el que Sofía Cristo le cuenta a su madre que es adicta a las drogas: “Rompí a llorar desconsolada y ella también”

  • Sofía Cristo lleva nueve años sin consumir alcohol ni drogas

  • La hija de Bárbara Rey empezó en las drogas con 15 años

  • Su padre, Ángel Cristo, le daba las drogas

Sofía Cristo ha acompañado a su madre Bárbara Rey a la entrevista que le ha hecho Bertín Osborne en su casa. La DJ se ha sincerado con Claudia, la hija del anfitrión, y le ha contado cómo fue su dura experiencia con las drogas.

Ángel Cristo, el padre de Sofía, tomaba drogas y también se las suministraba a su hija cuando solo tenía 15 años, como contó Bárbara Rey. Su excusa era que lo que él le daba iba a ser de mejor calidad que lo que ella pudiera conseguir por su cuenta.

La DJ se dio cuenta desde el primer momento que tenía un problema con estas sustancias, pero no fue hasta varios años después cuando decidió ponerle solución. “Yo me doy cuenta desde los 15 años, pero son como ráfagas de realidad. Lo mío no era normal, siempre que probaba una sustancia a mí me gustaba más que al resto. Yo siempre más. Yo quería consumir sola”, contó Sofía.

Bárbara Rey explicó que sufrió “muy malos tratos” por parte de Ángel Cristo y que él era consumidor habitual de drogas. Pero, a pesar de haberse enfrentado varias veces a su padre por el comportamiento que tenía con su madre, Sofía no pensó que a ella se le fuera a ir de las manos el consumo: “Siempre piensas que eso nunca te puede pasar a ti. Yo jamás pensé que iba a acabar en un centro de adicciones ni que me podría enganchar tanto”.

Sofía Cristo le cuenta a su madre que es adicta a las drogas

Ya con veintitantos años, Sofía Cristo decidió contarle a su madre que era adicta a las drogas. “Estaba llorando en el espejo, me miraba y no me reconocía. Yo sabía que no era yo, era otra persona, había perdido mi esencia”. Por eso decidió “confesar”: “Subí a la habitación de mi madre y le dije que era adicta. Rompí a llorar desconsolada como una niña pequeña y me caí de rodillas. Mi madre empezó a llorar como otra cría y a preguntar que qué había hecho mal”.

A pesar de lo duro del momento, Sofía lo recuerda como “muy guay”: “Yo me emociono, pero es muy positivo. Así fue como empezó mi camino a la recuperación”. Tras salir del centro en el que estuvo internada, nunca ha sufrido una recaída: “Llevo nueve años sin consumir ni alcohol ni nada. Estoy muy orgullosa”.