Audi, el rey de la resistencia
El siguiente paso fue la utilización de un diésel en el año 2006. Muchos escépticos dudaban de este tipo de mecánicas en carreras de alta competición, pero su arrollador dominio no dejó lugar a dudas. Y para conseguirlo utilizaron un imponente 5.0 V12 TDi con una potencia que rondaba los 700 caballos, y consiguieron un doblete histórico.
El siguiente paso no fue sencillo, y a finales de 2011 el gigante “Toyota” hizo oficial su participación en la edición 2012 de “Le Mans”. Esto obligó a “Audi” a poner toda la carne en el asador, y así lo hicieron. Su proyecto de prototipo híbrido con motor diésel marcaría un antes y un después en el mundo de las carreras. El motor diésel de 6 cilindros y 3,6 litros que rendía una potencia de algo más de 500 caballos, estaba unido a un motor eléctrico que impulsaba las ruedas delanteras. Con lo que técnicamente convertía al “R18 e-Tron” en una máquina con tracción total.
Desde “Audi” temían la rapidez de los “Toyota”, muy veloces a una vuelta, pero penalizaban por un consumo mucho mayor. Pero finalmente, los “e-Tron” coparon las 3 primeras plazas del podio, una hazaña épica, para una marca que desde sus comienzos en la competición, siempre ha marcado puntos de inflexión en este apasionante universo.
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