"La vida no termina aquí", pronunció Andrés Escobar refiriéndose al gol anotado en propia puerta ante Estados Unidos. El futbolista colombiano quiso pasar página de la eliminación de su selección en la primera ronda del Mundial de 1994. Unos días más tarde fue asesinado en una discoteca de Medellín.
El jugador cafetero exigió respeto a un aficionado que le insultó por su fallo en el segundo partido de la Copa del Mundo. Humberto Muñoz Castro, el asesino, desenfundó una pistola y le propinó 6 tiros que acabaron con la vida del futbolista. El suceso conmocionó a la sociedad del país sudamericano, no en vano sus compañero de selección tuvieron que llevar escolta ante el riesgo de correr la misma suerte. Castro Muñoz fue condenado a 43 años por el crimen, de los que únicamente cumplió 11. En 2005 se acogió a un beneficio extracarcelario que le permitió reducir su pena.
Colombia presentaba en el Mundial de 1994 una de las mejores plantillas de su historia. Carlos Valderrama, René Higuita, Freddy Rincón, el 'Tren' Valencia, Faustino el 'Tino' Asprilla, Mauricio Chicho Serna conformaban la nómina de grandes futbolistas de la selección cafetera. Ya entonces estaba entre los convocados un joven guardameta, Mondragón, que recientemente se ha convertido en el jugador más veterano en actuar en un Mundial.
El asesinato de Andrés Escobar, a sus 27 años, el 2 de julio de 1994 acabó con una carrera íntimamente relacionada con el Atlético Nacional, el único club en el que jugó el defensor. Las investigaciones realizadas asocionaron el homicidio con las mafias de apuestas. Sin embargo nunca pudo comprobarse esta relación. Desde Colombia se han realizado numerosos homenajes al jugador, cuando se cumplen 20 años de su muerte.