Y las peluquerías se convierten muchas veces en puntos de reclamo para ofertar los servicios de cirujanos de "andar por casa". Un equipo de reporteros visita uno de estos salones de belleza, allí nos recomiendan a una "supuesta doctora". Nos hablan de su profesionalidad y del producto 'mágico' que inyecta, algo desconocido para nosotros: el ácido glicólico. Un producto que trae de Colombia para combatir las arrugas y el envejecimiento prematuro.
Llamamos a la doctora para concertar una cita, no dispone de consultorio pero quedamos en el domicilio de la amiga con la que hablamos. Allí nos realizará la infiltración. Una vez juntas nos da rendida cuenta de sus conocimientos en medicina "yo trabajo homeopatía y medicina china, yo soy diplomada en medicina china". Según explica la operación es sencilla. Tumbada en la cama nos inyectará el ácido glicólico mezclado con alfalfa "porque la alfalfa lo que hace que tu cuerpo lo retenga ahí en esa zona y no tenga ningún efecto secundario".
Por la operación nos cobrará 350 euros, lo sorprendente es que si la intervención la realiza un cirujano plástico en una clínica homologada el coste es de 500 euros. "Esa persona por 150 euros se está jugando primero la vida, su salud, una infección" explica Ramón Calderón, Cirujano Plástico de FEMM.
Sólo el pasado año la cirugía estética facturó cerca de 150 millones de euros, un negocio del que se aprovechan falsos profesionales poco escrupulosos con la salud de los demás.
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