Este colectivo considera que desempeña un trabajo de riesgo y la seguridad es una de sus principales reivindicaciones. Por eso llevan cuatro días en huelga y la mantendrán hasta junio si no llegan a un acuerdo con las empresas subcontratadas por el ayuntamiento de Madrid para gestionar los parquímetros. Cada día de huelga le supone al Ayuntamiento 260.000 euros de pérdidas en tickets no recaudados. Los sindicatos aumentan la cifra a 400.000.
Los controladores reivindican ser -al menos- mileuristas. Cobran menos de 850 euros al mes y aseguran que por el riesgo al que se exponen, no les compensa. Más de uno ha dejado el trabajo. Además de un aumento de salario piden uniformes adaptados a la climatología y cobrar el cien por cien de las bajas por enfermedad común. Pero sobre todo, más medidas de seguridad.
Varias controladoras nos cuentan las brutales agresiones que han sufrido. Algunas continúan ocultando su rostro por miedo a sus agresores que, a pesar de haber sido condenados por la justicia, vuelven a la carga. Ser controlador de parquímetros es una de las profesiones peor vistas en la capital, y los trabajadores sufren las consecuencias.
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