Poco ha durado el frágil alto el fuego que se declaraba esta mañana en las ciudades de Mariúpol y Volnovaja, al sureste de Ucrania, para permitir que la población civil saliera a través de los corredores humanitarios habilitados. Una ruptura del alto el fuego, de la que se culpan mutuamente Rusia y Ucrania, que vuelve a dejar estas ciudades, sin luz, agua o calefacción, al borde la tragedia humanitaria.
La guerra nos deja imágenes desgarradoras como la de una mujer que huye desesperada con su bebé de cinco meses o la emboscada que sufrieron unos periodistas británicos que pudieron salvarse de los disparos del ejército ruso de auténtico milagro.
La mayoría de los ucranianos resisten en su país los ataques de Rusia, pero cada vez son más los que deciden marcharse para salvar sus vidas y la de sus hijos. Según las últimas cifras que se conocen, ya son 1 200 000 los ucranianos que han salido hacia los países limítrofes. La mayoría se dirige a Polonia donde se multiplican las muestras de solidaridad.
España envía otros dos nuevos aviones militares cargados con armamento para la resistencia ucraniana. Desde la base de Los Llanos en Albacete, uno ha salido ya esta mañana, otro acaba de despegar. En paralelo, se multiplican las iniciativas destinadas a enviar ayuda humanitaria a Ucrania: los ciudadanos de nuestro país se están movilizando como nunca para donar alimentos y material sanitario a la sufrida población ucraniana; los ayuntamientos ofrecen albergues y alojamientos; algunos empresarios destinan bolsas de trabajo para los ucranianos que lleguen; recogen a ucranianos en la frontera polaca particulares desplazados en su propio coche o autobuses como este fletado por la fundación valenciana Juntos por la Vida que ya traen a España a 52 personas, fundamentalmente madres con sus hijos menores.
El ministro del interior, Fernando Grande-Marlaska se ha desplazado esta mañana hasta Melilla tras los multitudinarios y violentos saltos registrados esta semana. Grande-Marlaska ha defendido la actuación de los guardia civiles y policías que, ha recordado, fueron agredidos con palos y garfios. Más de medio centenar de agentes resultaron heridos en los últimos asaltos a la valla. Ha anunciado más recursos humanos y materiales para proteger este punto fronterizo.