La sequía obliga a varios municipios de Tarragona a adoptar restricciones de agua

La sequía ha llevado a varios municipios de Tarragona a una situación "muy crítica". Algunos consistorios han tenido que adoptar restricciones de agua para facilitar la recuperación del depósito municipal. Es el caso de Bonastre, Roda de Berà, Banyeres del Penedès o La Pobla de Montornès.

Los problemas de escasez de agua se están repitiendo en varias zonas del país y muchos ciudadanos deben afrontar esta ola de calor con el agua cortada.

El depósito de Bonastre en situación "muy crítica"

El Ayuntamiento de Bonastre lleva dos semanas aplicando restricciones en el consumo del agua a raíz de la situación "muy crítica" en la que se encuentra el depósito del municipio. El pozo se abastece del acuífero del Gaià, que desde hace días nota los efectos de la sequía.

A finales de junio, el consistorio empezó a realizar recomendaciones para reducir el consumo de agua de los grifos y decretó los primeros cortes en horario nocturno de fin de semana. La situación, sin embargo, se ha ido agravando y los cortes han ido a más, hasta que el pasado domingo se cortó el suministro durante todo el día para facilitar la recuperación del depósito. La falta de abastecimiento se compensó con una cisterna de agua potable accesible a todos los vecinos.

Este martes, el pozo se recuperó un 30% y ahora se encuentra en el 44%. Sin embargo, no llega a la mitad de su capacidad y el consistorio ha anunciado varios cortes de suministro para los casi 750 vecinos del municipio. En concreto, no se podrá consumir agua entre las 10 h y las 13 h, entre las 16 h y las 20 h, y entre las 23 h y las 7 h. El ayuntamiento ha avisado que si el depósito se agota deberán ampliar las franjas de los cortes y ha advertido que "no se pueden regar jardines ni huertos, ni lavar el coche o llenar piscinas".

Bajos niveles de agua del pozo municipal de Roda de Barà

El problema de escasez de agua también se repite en Roda de Barà, a tan solo siete kilómetros de Bonastre. En este municipio se ha detectado que los niveles de agua del Pozo de Cal Llorenç han disminuido notablemente y se ha decidido cortar el agua de las fuentes y utilizar agua no potable para la limpieza de las calles.

En una primera fase el ayuntamiento instalará contadores en fincas rústicas anexas al trazado de la red municipal para reducir el consumo de agua que no sea para uso de boca. También se instalarán pulsadores de descarga de cisternas en todas las dependencias municipales y detectores de movimiento en los grifos de las instalaciones deportivas. Además, se reduce la frecuencia de riego en zonas verdes con agua potable.

Si es necesario, en una segunda fase, se reducirá la presión del agua para la redistribución de agua de pozos para poder dar descanso a los suministros más explotados y buscar fuentes de suministro alternativas. Si la situación se agrava, no descartan aplicar otras restricciones.

Por el momento estas restricciones afectan a la zona norte del municipio, ya que la zona sur se abastece del Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT).