Los kayaks abandonan el Congost de Mont-Rebei por la sequía: "Es un riachuelo enfangado"

La navegación por las aguas turquesas del Congost de Mont-Rebei (Lleida) era una de las excursiones más deseadas cada primavera. Las redes sociales hicieron su magia al viralizar las impresionantes imágenes del río entre despeñaderos y los interesados debían reservar su entrada con días de antelación. Si el verano pasado las excursiones combinaban paseos a pie con embarcación por falta de agua, esta primavera los kayaks han abandonado el desfiladero que está seco.

"Es un riachuelo enfangado. Es imposible navegar por él ni por Finestres, que era la alternativa el año pasado", explica Lisa, de la empresa Àger Avertura't. Esta empresa familiar de turismo de aventura ofrece navegación alternativa en el embalse de Camarassa, que recibe el agua de otra cuenca, el Noguera Pallaressa: "Sólo tenemos un 5% de las reservas del pasado, la gente quiere ir a Mont-Rebei pero es imposible, el agua está bajo mínimos", añade.

La Confederación Hidrográfica del Ebro, que regula la cuenca del Noguera Ribagorzana (por donde discurre el desfiladero de Mont-Rebei) y del Pallaresa, aún no ha vetado el uso de embarcaciones recreativas. En la sequía de 2008 lo hizo cuando el nuevo de los pantanos descendió del 16%. En estos momentos, el de Canelles situado encima del Congost está al 18%.

"Nunca habíamos visto estos niveles de agua"

Xavi Bergúa fue la primera empresa en abrir y ofrecer la navegación en Mont-Rebei hace 24 años: "Fui el culpable de su popularidad cuando nadie apostaba por él", bromea. En los últimos años ofrecían servicios similares hasta siete empresas. La de Xavi no ha abierto este año "Nunca habíamos visto estos niveles en primavera", explica.

"El año pasado pudimos trabajar hasta julio. En esta época el embalse de Canelles estaba al 50% pero este año no me sale a cuenta contratar seguros y empleados si no vamos a poder trabajar", cuenta. Explica que estos niveles sólo se ven al final del verano "después del calor y de que se ha gastado el agua para el riego", añade.

Es la primera vez tras más de dos décadas de actividad que se ve obligado a cerrar: "Pienso como los payeses que no siembran porque no podrán cosechar", explica. Tampoco espera ayudas: "Somos cuatro gatos los que nos dedicamos a esto, no tendremos ninguna compensación", relata.

Àger Aventura't es también una empresa familiar que cada temporada contrataba hasta ocho monitores: "Este año sobreviven mi marido y mi hijo y yo les ayudo", cuenta Lisa. Los ingresos han caído en picado: "Cada Semana Santa hacíamos de dos a tres salidas diarias con 30 canoas. Este años hicimos dos en toda la semana con dos o tres navegantes", relata. La empresa complementa la facturación ofreciendo actividades de parapente.

Clientes "sorprendidos" por la sequía

Pese a la caída de las reservas, Xavi y Lisa continúan recibiendo llamadas de clientes. "Les decimos que no se puede navegar porque no hay agua y se sorprenden", explica Lisa, que añade que "algunos son extranjeros pero otros llaman desde Barcelona, ¿no ven las noticias?", se pregunta. Ambas empresas son conscientes de que los usos lúdicos del agua son menos urgentes que el riego agrícola o la boca de agua.

En los últimos días, las limitaciones de agua han llegado a los campos bañados por el canal Segarra-Garrigues. El canal permanecerá cortado cuatro días y reabre este martes para el mantenimiento de los árboles fruteros. Algunos payeses perderán el 100% de la cosecha.

El corte del suministro afecta a unos 1.800 agricultores y hasta 12.000 hectáreas de cultivos. Los agricultores deben llamar ahora a la empresa adjudicataria del canal, ASG, para pedir el agua y cada agricultor recibirá una proporción de agua según la plantación de árboles que tenga, que no podrá superar. 

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