Árboles estresados: Cataluña pierde un 10% de su masa forestal en la última década por la falta de agua y el calor extremo
El calor extremo y la falta de agua debilitan los árboles en Cataluña, provocando su muerte lenta y silenciosa
Barcelona tala 200 árboles afectados por la sequía: ejemplares muertos, con riesgo de caída
Aunque este año las lluvias han sido abundantes y no hay alerta por sequía, la situación en Cataluña refleja un problema de fondo, la falta de agua acumulada en años anteriores ha dejado huella en sus bosques. Uno de cada diez árboles padece estrés hídrico, un fenómeno que los debilita, los deja sin hojas y los hace más vulnerables a enfermedades.
Hace dos años, el Parque Natural de Collserola, en Barcelona, comenzó a cambiar de color. El color verde característico dio paso a manchas secas que obligaron a talar casi 400 ejemplares muertos. Las altísimas temperaturas, unidas a la escasez de recursos hídricos, no solo alteran el paisaje, sino que provocan una degradación progresiva y menos visible, la desaparición silenciosa de la masa forestal.
En apenas una década, Cataluña ha perdido el 10% de sus bosques. Se trata de una “muerte lenta” que transforma ecosistemas enteros. Incluso cuando un árbol cae, su madera seca sigue siendo refugio para numerosas especies, convirtiéndose en fuente de biodiversidad dentro del ciclo natural.
Los árboles afectados pierden hojas, se secan y mueren, aunque sus troncos caídos siguen albergando vida y aportando biodiversidad. La reforestación ayuda a frenar esta pérdida, mientras unas especies desaparecen y otras emergen.
Los expertos señalan que la clave está en acompañar los cambios naturales para que sean lo menos dramáticos posible, con la esperanza de que poco a poco los bosques recuperen su color y esplendor.