Kick, la plataforma de la humillación en directo, que explota lo peor de sus usuarios a cambio de dinero

Un usuario en la plataforma Kick. vídeo Informativos Telecinco
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Uno de los peligros que corren los niños y jóvenes en estos tiempos es la mala utilización de las redes sociales, un mundo sin límites, donde parece que todo vale. El mejor ejemplo es Kick, una plataforma que se dedica fundamentalmente a humillar a los participantes a cambio de dinero. La situación está superando lo imaginable y un 'streamer' francés, Raphaël Graven, ya es la primera víctima mortal de este negocio que se basa en la degradación del ser humano.

Las autoridades francesas han tomado cartas en el asunto para tratar de parar el terrible espectáculo de ver personas drogándose o realizando toda clase de actos insalubres, como comer excrementos con tal de recibir dinero. Los responsables de la compañía, que explota lo peor de todos, fue lanzada a finales de 2022 con financiación de multimillonarios australianos, propietarios del sitio de apuestas con criptomonedas Stake.com.

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La batalla por el ‘clic’ está llevando a este territorio sin piedad en el que mandan los que pagan, un espacio sin ley ni orden. "Está programado por personas que conocen el comportamiento humano y saben cómo enganchar", así lo explica el especialista Francisco Toledo.

La humillación es en directo y a cambio de dinero

Las ganancias de los ‘streamers’ dependen de la interacción y el seguimiento de sus audiencias, provocando una competencia feroz por atraer y retener espectadores, de cualquier manera, así les cueste la vida.

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La transmisión de la penosa humillación es en directo y los creadores emiten contenido en tiempo real, mientras los espectadores pueden interactuar mediante chats, donaciones y suscripciones.  Jaleando a los 'creadores' de contenidos que se resume en el morbo, lo prohibido prometiéndole más dinero.

Para ello, la compañía se resguarda de cualquier responsabilidad "hay directos que son impredecibles" y así se desmarcan "de cualquier normativa", que pueda impedirles seguir en el negocio.

Ellos buscaban seguir sacando tajada y competir con el gigante del ‘streaming’ Twitch que lidera el sector-; no ocultaban que apenas iba a haber moderación de contenidos y con comisiones más bajas para los autores de los contenidos, como el francés fallecido, Raphaël Graven, tenía 46 años.