La pulsera que predice los sofocos de la menopausia antes de que los sientas

Se ha desarrollado un algoritmo que puede predecir el 70% de los sofocos
¿Por qué se producen los sofocos en la menopausia?
Son repentinos, intensos y, en muchos casos, devastadores para la rutina diaria. Los sofocos de la menopausia, esas oleadas de calor súbitas que recorren rostro, cuello y pecho, acompañadas de sudor y malestar, afectan a millones de mujeres en todo el mundo y alteran tanto el descanso como la concentración.
Durante décadas, la única salida era resignarse o recurrir a terapias hormonales. Pero la ciencia y la tecnología empiezan a ofrecer un giro esperanzador con la aparición de dispositivos capaces de anticipar un sofoco antes de que aparezca, dando a la usuaria la posibilidad de aliviarlo casi en tiempo real. Lo que hasta hace poco sonaba a ciencia ficción comienza a abrirse paso en laboratorios y ferias tecnológicas.
Y es que, hasta ahora, los wearables centrados en la menopausia se han limitado a registrar síntomas o reaccionar ante ellos. El dispositivo Embr Wave 2, por ejemplo, es una pulsera que genera sensaciones térmicas de enfriamiento o calor para aliviar un sofoco en marcha. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Massachusetts Amherst, en colaboración con Embr, han dado un paso más y han desarrollado un algoritmo capaz de predecir alrededor del 70% de los sofocos antes de que la mujer los perciba.
La clave está en la monitorización de señales fisiológicas como la conductancia de la piel, la temperatura o la frecuencia cardíaca. Estos parámetros ofrecen pistas sutiles de que un sofoco está a punto de comenzar. El algoritmo, entrenado con el mayor conjunto de biomarcadores digitales de sofocos recopilado hasta ahora, traduce esas señales en una alerta que puede activar automáticamente una respuesta de enfriamiento en el dispositivo.
Se busca identificar patrones recurrentes en los minutos previos a un sofoco; la inteligencia artificial puede anticipar el evento y activar intervenciones en tiempo real. Esta estrategia, conocida como closed-loop digital therapeutics, convierte el wearable en una especie de “terapia digital” personalizada, con la capacidad de reaccionar antes de que el síntoma se materialice.

Un problema habitual con impacto evidente
El interés por esta tecnología no es anecdótico. Según la North American Menopause Society, más del 80% de las mujeres experimentan sofocos durante la transición menopáusica, y hasta un tercio los padece de forma severa durante más de siete años. Aunque no son peligrosos en sí mismos, sí que afectan al descanso, la concentración y la calidad de vida. Además, en muchas ocasiones, son motivo de ansiedad y de interrupciones constantes en el sueño.
Por eso, un dispositivo que no solo alivie el síntoma, sino que también se anticipe, puede marcar un antes y un después. La idea es transformar la experiencia de la menopausia de algo imprevisible y disruptivo en un proceso más controlado y, en cierta medida, gestionable.
Luces y sombras de la predicción
El potencial es enorme, pero no exento de limitaciones. El algoritmo de UMass predice el 70% de los sofocos, lo que significa que casi un tercio todavía puede escapar a su radar. Además, cada mujer experimenta patrones fisiológicos distintos: lo que para una es un indicador claro, para otra puede ser irrelevante.
Tampoco hay que olvidar las posibles molestias de llevar un registro continuo. Un estudio cualitativo señaló que algunas mujeres abandonaron las apps de seguimiento de la menopausia porque “no aportaban información nueva” o porque el simple hecho de monitorizar las hacía más conscientes de sus síntomas, generándoles ansiedad. Otro reto es la validación clínica. Aunque la ciencia confirma la fiabilidad de biomarcadores como la conductancia de la piel, todavía faltan ensayos amplios que certifiquen que estos dispositivos pueden funcionar de manera consistente en la vida real y no solo en condiciones de laboratorio.

Competencia y nuevas propuestas
El interés por este nicho ha explotado. En el CES 2025, la startup identifyHer presentó Peri, un dispositivo portátil que se adhiere al torso y monitoriza síntomas de la perimenopausia, como sofocos y sudores nocturnos. Aunque aún se encuentra en fase de desarrollo, la promesa es similar: identificar y clasificar los episodios mediante algoritmos de análisis de datos.
También hay innovaciones que combinan el seguimiento con la domótica. LG, por ejemplo, ha anunciado un “Menopause Mode” en sus sistemas inteligentes de climatización: un reloj detecta cambios de temperatura corporal y frecuencia cardíaca y, si interpreta que un sofoco nocturno está en marcha, envía una señal al aire acondicionado para enfriar la habitación automáticamente.
En cualquier caso, el “reloj que predice sofocos” no es todavía un producto comercial masivo, pero ya no pertenece al terreno de la ciencia ficción. Los estudios respaldan la viabilidad de anticipar estos episodios mediante biomarcadores digitales y algoritmos de aprendizaje automático. Si la precisión mejora y la aceptación de las usuarias acompaña, estos dispositivos podrían convertirse en un aliado imprescindible para transformar la experiencia de la menopausia.

