Por qué cada vez es menos probable que vivas hasta los 100 años
La esperanza de vida sigue creciendo pero lo hace más lento que en la primera mitad del siglo XX, según un nuevo estudio
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La tendencia histórica de la esperanza de vida del ser humano ha sido a aumentar poco a poco. Cada generación ha vivido más que la anterior. El cambio más significativo se produjo en el siglo XX, cuando el crecimiento fue exponencial debido a los constantes avances en salud, alimentación, higiene y medicina. Tanto aumentó que en cierto momento llegó a considerarse realista que pudiéramos vivir hasta los 100 años de manera fácil, al menos en las sociedades más ricas. Sin embargo, la expectativa de llegar a centenario cada vez es más difusa. Los últimos estudios nos ponen los pies en la tierra y apuntan a una clara desaceleración, dejando una esperanza de vida actual de alrededor de 80 años.
Un reciente estudio publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS) advierte que vivir hasta los 100 años podría ser cada vez menos probable para los nacidos entre 1939 y el año 2000, según los hallazgos que han obtenido en 23 países subdesarrollados. Los datos sobre la tasa de crecimiento de la esperanza de vida indican que la aceleración sostenida de las primeras décadas del siglo XX no se ha mantenido.
Avance más lento
Entre 1900 y 1938, la esperanza de vida se incrementó a un ritmo promedio de cinco meses y medio por cada nuevo año de nacimiento, lo que elevó la vida media de 62 años en 1900 a casi 80 años antes de 1940. Para las generaciones nacidas entre 1939 y 2000, el ritmo de mejora se redujo a entre 2,5 y 3,5 meses por año de nacimiento. Es decir, no hay desaceleración pero el avance es más lento. "Predecimos que quienes nacieron en 1980 no vivirán hasta los 100 años en promedio, y ninguna de las cohortes -personas nacidas en el mismo año- de nuestro estudio alcanzará este hito", asegura José Andrade, demógrafo coordinador del estudio.
Ni siquiera los nacidos en 1980, que han crecido con un sistema médico mucho más avanzado, con cardiología moderna, mejores cirugías y acceso generalizado a atención médica, apuntan a vivir 100 años. Los motivos de que se haya puesto freno a este progreso son claros: el margen de mejora ya es mucho más reducido. Los beneficios de un mejor sistema médico generalizado ya se alcanzaron con creces y se ha llegado a una meseta en la que la mortalidad infantil es muy baja, las infecciones mortales se controlan mucho mejor y el agua potable y el saneamiento están generalizados.
Los 100 años de promedio, una quimera
Vivir tantos años dependerá más bien de controlar factores de riesgo como el tabaquismo, la hipertensión o la obesidad, de prevenir enfermedades crónicas como la diabetes, el cáncer o las enfermedades cardiovasculares o de mejorar el acceso a tratamientos preventivos y diagnósticos tempranos. Pero los autores del estudio apuntan que incluso teniendo en cuenta posibles innovaciones médicas que en la actualidad son impredecibles, es casi imposible igualar los rápidos aumentos en la esperanza de vida observados en el último siglo. Por supuesto que seguirá habiendo personas que lleguen y sobrepasan los 100 años, pero el promedio de cada cohorte no alcanzará ese hito incluso en los escenarios más optimistas.
Los responsables del trabajo defienden que sus hallazgos pueden servir para la planificación de los sistemas de salud, la organización de los regímenes de pensiones y el diseño de nuevas políticas sociales en los países evaluados. Y en el plano más estrictamente individual, una desaceleración del crecimiento en la expectativa de vida obliga a ajustar la lógica de ahorro, jubilación y otros planes a largo plazo.
