La revolución del 6G: qué hay después del 5G y cómo fusionará el mundo físico y digital

La sexta generación de redes móviles tendrá un especial peso en tecnologías futuristas como comunicaciones holográficas, conducción autónoma o mundos virtuales.
Las redes 6G cambiarán todo el mundo: las primeras versiones se proyectan para el año 2030
La sexta generación de tecnologías de comunicaciones inalámbricas, la que conoceremos como 6G, se espera que llegue a partir de 2030 y marque un punto de inflexión en nuestras formas de comunicación. El sucesor real del 5G (aunque tendremos un punto intermedio con el 5G Advanced) utilizará bandas de frecuencia más altas en el rango de los terahercios (THz) y una tecnología de basada en la nube para abarcar más que la telefonía móvil y ser el pilar sobre el que se sustente el futuro mundo conectado.
Principales ventajas del 6G sobre el 5G
Según 3GPP, el principal consorcio de grupos de asociaciones de telecomunicaciones y responsable de su implementación, “el 5G ha revolucionado la forma en que nos conectamos, ofreciendo un rendimiento sin precedentes, baja latencia y la capacidad de gestionar una gran cantidad de dispositivos conectados, impulsando así la innovación en el mercado de consumo y en diversos sectores como la salud, la automoción, la automatización industrial, los satélites y las ciudades inteligentes. La sociedad depende ahora en gran medida de las comunicaciones móviles. El impulso empresarial impulsado por el 5G está contribuyendo a la transformación digital de la sociedad, y las fronteras de las capacidades de red se están expandiendo”.
Por tanto, teniendo en cuenta la importancia que ha tenido —y todavía tiene— el 5G en nuestras vidas, el salto generacional debe ser uno que supere las expectativas y deje huella en un mundo cada vez más interconectado. La sexta generación de redes inalámbricas, en primer lugar, tendrá un salto cuantitativo con una velocidad de hasta 1 Tbps (terabit por segundo). Contando con que la velocidad del 5G es de unos 20 Gbps, esto solamente serían 0,0025 Tbps, por lo que el cambio es significativo, unas 400 veces más veloz que el 5G.
La potencial velocidad máxima de la sexta generación no solo hará que todo vaya más fluido en términos brutos, sino que permite abrir la puerta a una comunicación más interconectada, con nuevos tipos de dispositivos electrónicos como robótica, domótica, coches autónomos, hologramas 3D en tiempo real o streaming de vídeo a resolución 8K. Igualmente, también se espera una reducción de la latencia, pasando del 1 ms (milisegundo) del 5G a unos hipotéticos 0,1 ms cuando se implemente el 6G, diez menos de retraso en el tiempo de respuesta en un sistema, algo de lo que se beneficiarán tecnologías como la realidad virtual o, una vez más, los vehículos autónomos, que serán más seguros todavía.
Como decimos, esta sexta generación pretende enfocarse en el global de lo que conocemos como el Internet de las Cosas (IoT), el mundo interconectado de dispositivos electrónicos que ya tenemos hoy en día, pero se prevé que continúe creciendo a pasos agigantados. Como ya sucede ahora mismo, el número de dispositivos inteligentes no deja de crecer, por lo que se espera que el 6G pueda soportar hasta 10 millones de dispositivos por kilómetro cuadrado, 10 veces más que el millón de dispositivos por km² del 5G. Igualmente, para blindar la red ante intrusiones, se trabaja en la mejora de la seguridad con características como la criptografía cuántica y la tecnología blockchain reforzada.
Fusionando el mundo físico y digital
Según explica 3GPP, “el 6G tiene como objetivo impulsar los avances sociales y aportar valor a la sociedad en la década de 2030 y en adelante de formas seguras, resilientes y ambiental y económicamente sostenibles

