Es conocido como "el río más bonito del mundo" y bien podría ser también el más fotografiado. Los colores de Caño Cristales parecen sacados de una película Disney o del mismísimo Edén. Pero este lugar de ensueño no es fruto de la fantasía, sino de la naturaleza, que ha reunido la vegetación idónea y la ha expuesto al sol en este rinconcito colombiano de aguas cristalinas que también es popular como "el arcoíris que se derritió". Las autoridades lo protegen durante seis meses y lo reabren llegado el momento para que los turistas se acerquen a disfrutarlo. Te contamos los secretos de este paraíso.
Se encuentra en la serranía de La Macarena, en Colombia, y mide poco más de 100 kilómetros de largo y apenas 20 metros de ancho. Comparado con el Amazonas o el Paraná, este río resulta pequeño en Sudamérica, pero la realidad es que a lo largo de su caudal pueden encontrarse pozas, cascadas y rápidos que suman misterio al lugar.
Una planta acuática propia de ambientes tropicales llamada 'macarenia clavigera' ocupa a modo de alfombra el fondo del río, tiñéndolo del rojo que acompaña al resto de colores. Las algas y sedimentos que discurren por sus aguas se encargan de añadir el resto de colores del arcoíris a Caño Cristales.
No obstante, no siempre podrás disfrutarlo. Si vas a lanzarte a la aventura para conocer este lugar mágico que se esconde en la región de Meta, en Colombia, deberás saber que sólo luce de esta manera, habitualmente, en el otoño.
A lo largo del río se pierden los colores que maravillan al mundo, hasta desembocar en el río Guayabero. Mientras, basta un poco de lluvia para que el caudal crezca notablemente, de la misma manera que rápidamente decrece cuando escasean las precipitaciones.
Para conservar su belleza, las autoridades ambientales de Colombia lo cierran al turismo durante los seis primeros meses del año para después reabrirlo el segundo semestre del año.