Nada más empezar el mes de junio de 2018 se hizo pública una investigación en la que se aseguraba que el hielo de la Antártida se estaba derritiendo más rápido que nunca y que en los últimos 25 años ha perdido más de tres billones de toneladas de hielo.
El director de la investigación, el profesor Aster, confirmó que si se siguen lanzando las mismas cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera y si no se implantan medidas para frenar la contaminación y el cambio climático, el hielo de la Antártida Occidental se derretirá en las próximas décadas.
En relación a estos preocupantes datos han surgido testimonios de diferentes científicos en los que se asegura que el lecho de roca que se encuentra debajo de la capa de hielo de la Antártida está aumentando de manera significativa. Este dato confirmaría que esta gran masa de roca podría frenar el rápido deshielo.
"El descubrimiento podría ser un rayo de esperanza en la historia de las regiones polares porque el lecho de roca protege el hielo del agua caliente que se encuentra en el mar y lo derrite desde abajo. De esta manera se podría ganar un poco de tiempo para conseguir frenar el deshielo", revelaban los investigadores liderados por el profesor Terry Wilson al periódico The Independent.