Encuentran una estructura de roca densa y caliente en las profundidades del océano Pacífico

  • Los geofísicos de la Universidad de Maryland han liderado este estudio, publicado en la revista Sciencie

La comunidad científica, que sigue inmersa en la búsqueda de una vacuna para el coronavirus SARS-COV-2, se ha sorprendido con un nuevo descubrimiento llevado a cabo por los geofísicos de la Universidad de Maryland, quienes, tras una ardua investigación, han dado con una estructura de la que no tenían ninguna constancia hasta el momento.

Se trata de una vasta y heterogénea área de roca densa y caliente situada en las profundidades del océano Pacífico, debajo de las islas volcánicas Marquesas del Pacífico sur. Los investigadores desconocen todavía su composición exacta, pero determinan que esta masa situada bajo tierras hawainas (cercana al núcleo de la Tierra) es mucho más grande de lo que se sabía y que nos ayuda a conocer lo que existe entre el núcleo líquido y el sólido (manto) de nuestro planeta.

Cerca del núcleo de la Tierra

Para llevar a cabo la investigación, se han analizado las ondas sísmicas – un tipo específico, las ondas de corte – de 7000 sismogramas provenientes de cientos de terremotos de magnitud 6.5 o más que ocurrieron alrededor de la cuenca del océano Pacífico desde 1990 hasta 2018. Cuando las ondas encuentran un obstáculo en su camino, de densidad o temperatura, varían su rumbo y producen unos ecos que son objeto de estudio. Precisamente, los ecos registrados en esta zona de la base del núcleo terrestre localizada bajo las islas Marquesas, fueron abundantes y especialmente fuertes.

“Encontramos ecos en aproximadamente el 40% de todas las rutas de ondas sísmicas”, asegura Vedran Lekic, profesor asociado de geología en la Universidad de Maryland y coautor del estudio. “Eso fue sorprendente porque esperábamos que fueran más raros, y lo que eso significa es que las estructuras anómalas en el límite núcleo-manto están mucho más extendidas de lo que se pensaba”.

"Ni siquiera sabíamos que existía"

El hallazgo ha sido posible gracias al algoritmo ‘Squencer’, diseñado para encontrar patrones en la radiación de estrellas y galaxias distantes y que también encuentra ecos en las ondas cortantes de los terremotos. ”Nos sorprendió encontrar una zona tan grande debajo de las Islas Marquesas que ni siquiera sabíamos que existía antes”, afirmó Lekic. “Esto es realmente emocionante, porque muestra cómo el ‘Sequencer’ puede ayudarnos a contextualizar los datos del sismograma en todo el mundo de una manera que no podíamos hacer hasta ahora”.