Félix, el niño de cuatro años que tenía cáncer de retina y ahora puede mirar la televisión

  • El oncólogo Guillermo Chantada llama a otros niños con el mismo tumor a participar en el ensayo

  • Primer ensayo del tratamiento con virus modificado genéticamente que ataca las células tumorales

  • El retinoblastoma que sufría fue tratado con un virus modificado genéticamente que ataca las células tumorales

Félix es el primero, pero pueden ser más los niños con retinoblastoma o cáncer de retina, que puedan salvar la vista, gracias al primer ensayo del tratamiento con virus modificado genéticamente que ataca las células tumorales. No ha sido en un hospital de EEUU, sino en El Hospital Sant Joan de Déu (SJD) de Barcelona.

Con tres inyecciones "el tumor se redujo y permitió seguir con la quimio", explica el oftalmólogo y cirujano Jaume Català, uno de los médicos que participan en este ensayo pionero para tratar el tumor ocular más frecuente en niños, los retinoblastomas.

Los oncólogos Genoveva Correa, y Guillermo Chantada hablan de "éxito" con el tratamiento a Félix, el niño venezolano de cuatro años, que ha conseguido conservar el ojo por el que ve . Ya hace un año y tres meses que no presenta síntomas de reactivación después de ser tratado con un virus oncolítico modificado genéticamente que ataca las células tumorales.

El tratamiento no elimina por completo el tumor, pero sí que lo reduce, "ablanda" y detiene su crecimiento, lo que permite que la quimio funcione mejor, evita que se deba extirpar el ojo y conserva la visión que tenga el paciente en ese momento.

A Félix se le detectó el tumor de retina en ambos ojos a los cuatro meses de nacido; perdió uno de ellos. "A los dos años empezó un tratamiento con quimio en Sant Joan de Déu con buena respuesta, pero al tiempo, durante los controles en Venezuela, se detectó que los tumores en el único ojo que tenía se habían reactivado", ha explicado Correa.

En ese momento, el equipo propuso a la familia incluir a Félix en el primer ensayo del tratamiento con virus modificado genéticamente para atacar las células tumorales.

Actualmente, Félix es un niño "activo, al que le encanta jugar y ver la televisión, y con mucha energía", ha contado su madre; el pequeño ha podido conservar el ojo y mantiene un 30% de visión, la misma que cuando inició el tratamiento, que no ha presentado síntomas adversos ni toxicidad.