Inteligencia Artificial

Cómo planificar un viaje con IA: información que sí y que no debes darle

Cómo planificar un viaje con IA
La IA es un aliado a la hora de planificar un viajeGETTY IMAGES
  • La IA se ha convertido en un aliado recurrente para resolver dudas, diseñar rutas y encontrar alojamientos en nuestras vacaciones

  • Pese a su velocidad y eficiencia a la hora de brindar ideas y propuestas, esta tecnología también tiene sus límites y riesgos

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La inteligencia artificial (IA) cada vez está más presente en nuestras vidas. De hecho, está cambiando la forma en la que nos organizamos, no solo en el día a día, sino cuando planificamos alguna escapada. Hoy ya no sacamos guías de viaje de la biblioteca ni visitamos webs de turismo, y apenas acudimos a agencias de viaje. Es más sencillo recurrir a herramientas como ChatGPT, Wonderplan o Trip Planner AI en busca de inspiración o consejos para diseñar rutas, encontrar alojamientos o decidir el destino según nuestro presupuesto o intereses, especialmente ahora que llega el verano.

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Es innegable que la IA se ha convertido en un aliado indispensable para el viajero moderno, y que está revolucionando la forma en que disfrutamos de nuestras experiencias, pero también tiene sus límites y sus riesgos. "ChatGPT no conoce la verdad. Sus respuestas se basan en los patrones con los que fue entrenado, que tienen una fecha de corte", advierte Josep Curto, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

La velocidad para brindarnos ideas y propuestas para organizar un viaje es una de las grandes ventajas de la IA. Nos ahorra tiempo en la fase de búsqueda, ofrece itinerarios básicos muy rápidamente y nos permite personalizar el viaje adecuándose a nuestras sugerencias, que pueden ser todo lo concretas que nos permite nuestra imaginación. "Puedes expresar tus necesidades de forma matizada y conversacional, y la IA ajustará sus recomendaciones basándose en esos detalles", indica el experto en IA.

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Así, es probable que la IA nos brinde originales combinaciones de destinos y actividades que nunca se nos habría ocurrido, o que no sean las obvias que aparecen fácilmente en webs o agencias de viaje, aunque para ello es importante saber formular prompts, es decir, las indicaciones e instrucciones que le damos para obtener una respuesta. Cuanto más concretos sean, más inesperadas y estimulantes pueden ser las respuestas. Por ejemplo, "planifica un itinerario de siete días por la costa croata, con pueblos tranquilos, buena comida y poco turismo", o "Recomiéndame una gira literaria por Dublín siguiendo las localizaciones del Ulises de Joyce".

Qué debe incluir un buen prompt

Además, se le puede hacer preguntas en cualquier momento, sin depender de horarios. Si se cancela una excursión, si el tiempo cambia y necesitamos improvisar un nuevo plan, o si nos surge una duda cultural, la IA nos puede sacar del apuro. La calidad de las respuestas siempre va a depender de la calidad de nuestros prompts. Según el experto de la UOC, un buen prompt debe incluir, como mínimo:

  • El destino o región (cuanto más específico, mejor)
  • Fechas o duración del viaje
  • Presupuesto aproximado
  • Intereses (naturaleza, museos, gastronomía, etc.)
  • Perfil del viajero (familia, pareja, persona mayor, mochilero)
  • Estilo de viaje (relajado, cultural, activo)
  • Exclusiones (zonas a evitar, actividades que no interesan)

Límites y seguridad

Ahora bien, no todo es perfecto. La IA puede ofrecer información desactualizada o errónea, como recomendar un hotel que ha cerrado, dar horarios equivocados de museos o incluso inventar datos verosímiles, pero no reales. Para temas sensibles referidos a visados, requisitos sanitarios, transporte, horarios, precios o disponibilidad, siempre conviene contrastar la información y verificarla en fuentes oficiales, webs de reservas y reseñas actualizadas.

De momento, ChatGPT no puede hacer reservas ni acceder a precios o disponibilidad en tiempo real, ni tiene percepción directa del clima real o imprevistos locales, aunque algunos modelos avanzados ya si incorporan funciones con conexión a internet.

Tampoco es capaz de sustituir a la experiencia humana en cuanto a cuestiones prácticas, ni detectar todos los matices culturales o situaciones específicas del destino que solo un local podría percibir. Sus recomendaciones se basan en patrones y datos, no en experiencias de primera mano. El modelo funciona con una lógica probabilística basada en información pasada, por lo que verificar cada dato sigue siendo esencial.

Otra cuestión que hay que tener en cuenta es la privacidad. Mucha gente se pregunta hasta qué punto es seguro darle a la IA información sensible como fechas o localizaciones, teniendo en cuenta que muchas plataformas pueden usar las conversaciones para mejorar el sistema. Según Curto, lo mejor es aplicar el principio de "minimización de datos", es decir, solo introducir lo estrictamente necesario para la consulta y evitar proporcionar datos confidenciales, como números de pasaporte, tarjetas, direcciones o datos médicos.

Lo que está claro es que la combinación entre IA y turismo es imparable. No es difícil imaginar un futuro cercano en el que un asistente virtual organice viajes completos, haga reservas, optimice rutas y proponga experiencias personalizadas en tiempo real. El reto estará en preservar la transparencia, la ética y la autonomía del usuario. "La verdadera inteligencia reside en nuestra capacidad de discernir cuándo y cómo utilizar estas herramientas en nuestro beneficio, sin ceder aquello que nos hace fundamentalmente humanos", concluye Curto.