Salud

Escuchar música y aprender a tocarla a partir de los 60 rejuvenece el cerebro, según la ciencia

Adulto mayor tocando la guitarra
Nunca es tarde para aprender a tocar un instrumento. GETTY IMAGES
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La música nos acompaña a lo largo de toda la vida, pero en la edad silver puede adquirir un valor extra: el de convertirse en una aliada silenciosa del cerebro. Más allá del disfrute que nos proporciona o del impacto emocional que evocan las canciones, cada vez más investigaciones sugieren que la música -ya sea escuchada, practicada o aprendida- puede contribuir de forma significativa al mantenimiento de la salud cognitiva en adultos mayores.

Los efectos de la música en el cerebro cambia genes y mejora a las personas con deterioro cognitivo
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Un estudio de la Universidad de Sheffield junto a la Western Sydney University, publicado en Royal Society Open Science, aporta conclusiones especialmente relevantes en este sentido. En este trabajo experimental , personas mayores sin experiencia musical previa aprendieron a tocar un instrumento durante un periodo de 12 meses.

Mejora la de la función cerebral

En ese periodo los investigadores evaluaron tanto la evolución de las habilidades musicales como cambios en funciones cognitivas generales, como la memoria y el aprendizaje. Los resultados mostraron que el progreso musical se asociaba con mejoras cognitivas, y que los enfoques de aprendizaje más creativos, como la improvisación -la creación de melodías propias- , parecían ofrecer beneficios especialmente sólidos.

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Este tipo de diseño longitudinal resulta relevante porque permite observar cambios sostenidos en el tiempo y sugiere que nunca es demasiado tarde para obtener beneficios cognitivos del aprendizaje musical. "Nuestro estudio suma evidencia de que aprender a tocar un instrumento en la vejez — incluso sin experiencia previa — puede mejorar la función cerebral”, aseguraba la doctora Jennifer MacRitchie, líder del equipo investigador.

Reducir el riesgo de demencia

Estos hallazgos se ven complementados por una investigación reciente de la Universidad de Monash, publicado en el International Journal of Geriatric Psychiatry, que exploraba la relación entre la música y la salud cognitiva en adultos mayores. A partir del análisis longitudinal de más de 10.000 personas mayores de 70 años, los investigadores observaron que quienes escuchaban música de forma habitual presentaban una reducción de hasta el 39% en el riesgo de desarrollar demencia y del 17% en el deterioro cognitivo.

Los beneficios no se limitaron a la audición pasiva. Tocar un instrumento musical también se asoció con una reducción significativa (35%) del riesgo de demencia, y la combinación de escuchar y tocar música mostró efectos igualmente protectores. Curiosamente, la participación en actividades musicales no evidenció una relación significativa con el bienestar cognitivo subjetivo.

Aunque los autores son prudentes al subrayar que se trata de asociaciones observacionales y no de pruebas causales definitivas, los resultados refuerzan la idea de que la música puede formar parte de un estilo de vida cognitivamente saludable en la vejez.

Lo que dejan claro ambos estudios es que escuchar e interpretar música activa redes neuronales complejas que integran atención, memoria, procesamiento auditivo, coordinación motora y emoción. Esta activación distribuida podría contribuir a fortalecer la llamada reserva cognitiva, es decir, la capacidad del cerebro para compensar los efectos del envejecimiento.

Incorporar la música en la vida cotidiana de los adultos mayores, bien escuchándola con regularidad o bien aprendiendo un instrumento, puede ser una forma sencilla y gratificante de cuidar el cerebro, al mismo tiempo que se fomenta la creatividad y el disfrute en esta etapa de la vida.