Este trastorno describe la experiencia de enfrentarse a una mesa festiva con un lugar ausente que solía ocupar un ser querido
Reyes López Casas, psicóloga experta en duelo crónico: “El dolor que no se nombra se enquista en el cuerpo y en la memoria”
Las navidades pueden ser un periodo emocionalmente intenso y desafiante para muchas personas, especialmente cuando se ha sufrido una pérdida significativa. El llamado síndrome de la silla vacía describe la experiencia de enfrentarse a una mesa festiva con un lugar ausente -físico y emocionalmente- que solía ocupar un ser querido.

No se trata de un diagnóstico clínico formal, pero sí es una etiqueta útil para describir ese dolor específico que se intensifica en fechas señaladas como Navidad o Nochevieja, cuando las expectativas sociales de alegría y celebración contrastan con la realidad de la ausencia y el duelo.
"La Navidad es una época para festejar en familia, con amigos y con aquellas personas que son importantes en nuestras vidas, y cuando una de ellas falta, nuestro malestar se puede intensificar porque constatamos que no volveremos a compartir este espacio nunca más, a pesar de nuestro deseo o anhelos", nos explicaba aquí la psicóloga Patricia Gutiérrez Albaladejo.
En términos clínicos, la literatura general sobre duelo y afrontamiento, más allá del contexto navideño, indica que gran parte de las reacciones emocionales ante la pérdida son normales y no patológicas. Además, la experiencia de duelo no es homogénea. Las personas varían en cómo procesan la pérdida, y las rutas hacia la adaptación emocional son múltiples.
Dejar que las emociones fluyan
Es importante permitirse sentir y validar las emociones, ya sea tristeza, rabia, apatía o nostalgia, sin juzgarse por ello. "Nos podemos dar permiso para estar tristes y para estar alegres, depende un poco de cómo lo lleve cada uno. Incluso podemos darnos permiso para sentir 'saudade', la palabra portuguesa que sirve para designar la sensación de estar a la vez triste y alegre", nos indica el psicólogo Guillermo Fouce.
Hablar con familiares o amigos sobre la persona ausente y expresar cómo te sientes puede aliviar la sensación de aislamiento. Esto también permite que quienes te rodean comprendan tus límites y puedan ofrecer apoyo efectivo. El apoyo social es una de las variables más consistentes asociadas con una mejor adaptación tras una pérdida, tal y como se constata en la revisión teórica y empírica del duelo de PDQ (Physician Data Query) 'Grief, Bereavement, and Coping With Loss'.
Pero también hay quien no deja que las emociones fluyan y prefiere no participar en celebraciones y aislarse. "Hay que respetar la decisión y también explicar que hay momentos para todo, para la celebración y para el recogimiento. Lo único que podemos hacer es acompañar y estar disponibles" , subraya Fouce.
El poder de los rituales
Incorporar acciones que honren la memoria del ser querido -como encender una vela, compartir anécdotas o preparar su comida favorita- puede transformar el dolor en una forma de continuar la conexión emocional. Varias investigaciones sobre el duelo concluyen que los rituales pueden tener efectos positivos en la adaptación emocional.
Dejar una silla vacía en la mesa familiar puede ser una de esas metáforas emocionales que nos hacen bien. "La silla vacía es una técnica que empleamos en psicología del duelo para precisamente poder decirle a la persona que se ha ido todo lo que nos hubiese gustado decirle. La silla es un recuerdo de la persona y simboliza su ausencia y su presencia", explica Fouce.
Cuando la tristeza no se desvanece
Si la tristeza se prolonga más allá de las semanas típicas de las fiestas o interfiere con la vida diaria, puede ser útil acudir a un profesional de la salud mental especializado en duelo. Cuando experimentamos síntomas como incapacidad para dormir, hablar con otros seres queridos o realizar tareas cotidianas puede ser signo de duelo complicado o depresión, que requieren evaluación clínica.
Lo que hay que tener claro es que el síndrome de la silla vacía no es un signo de debilidad ni un obstáculo insuperable. Aceptar tus emociones, apoyarte en relaciones significativas, establecer límites saludables y honrar la memoria de quienes faltan son enfoques efectivos para transitar este periodo con mayor serenidad.

