Los introvertidos y los solitarios salvarán la especie, según la ciencia

  • Las amebas solitarias se salvan de las desgracias que le ocurren al grupo y garantizan la supervivencia de la especie

  • Los solitarios son genios o inadaptados dependiendo de cómo se sientan los demás respecto a ellos

Quedarse en casa. Trabajar desde casa. Sin posibilidad asistir a eventos sociales que no apetecen. Podría ser el sueño de todo introvertido, aunque incluso los solitarios necesitan cierto nivel de interacción social para ser felices. Al fin y al cabo, somos seres humanos y todos estamos hechos para ser sociales, hasta cierto punto.

Pero bien se odie o bien se esté cómodo en las actuales circunstancias de distanciamiento social, lo cierto es que esta es nuestra nueva normalidad por ahora. A priori, una persona introvertida está en mejores condiciones para soportar el confinamiento que una extrovertida, que puede sentirse bastante desesperada encerrada en casa. Es más, según la ciencia, la tendencia de los introvertidos hacia la soledad es lo puede salvar a una especie durante tiempos difíciles.

Los solitarios son la póliza de seguros de una especie

Una reciente investigación de Princeton que estudiaba amebas hizo un descubrimiento clave: los solitarios no son monstruos desajustados, sino la póliza de seguro de una especie. Los investigadores observaron a las amebas que viven en el moho del limo, y se fijaron especialmente en las solitarias, los "individuos no sincronizados con una mayoría coordinada".

Durante los momentos difíciles, cuando la comida es escasa, las amebas se juntan y se adhieren a los insectos que pasan con la esperanza de ser arrojados en algún lugar cerca de la comida. Para la mayoría de las amebas, este comportamiento es instintivo, pero los investigadores descubrieron que un puñado de ellas no se unía al grupo. Desafortunadamente, si no encontraban comida, las amebas solitarias morían, como era de esperar.

Sin embargo, cuando los tiempos eran buenos (mucha comida), estas amebas solitarias no solo sobrevivían sino que también se salvaban de las desgracias del grupo. Después de todo, la acción grupal conlleva el riesgo de fracaso grupal. Si un grupo de amebas en moho fuera eliminada por, digamos, una enfermedad mortal, las amebas solitarias permanecerían, garantizando efectivamente la supervivencia de la especie.

Los investigadores no pudieron encontrar ningún defecto en las amebas solitarias: comen cuando se les da comida, se dividen para tener descendencia y hacer todo lo que hace un moho de baba saludable. Cuando se mueren de hambre, sus "hijos" pueden unirse al grupo que habían evitado anteriormente, lo que demuestra que los solitarios no necesariamente engendran solitarios.

Inadaptados o genios

Los solitarios no solo se encuentran entre las amebas. Están en todas partes, existiendo en todo el reino animal. Por ejemplo, algunas manadas pequeñas de ñus no se suman a las migraciones grupales, algunas langostas se alejan del enjambre y vuelven a comportarse como saltamontes, y algunas plantas de bambú florecen días antes o después de otras de su especie. Y, por supuesto, hay solitarios humanos, muchos de ellos introvertidos. Se les llama inadaptados o genios dependiendo de cómo se sienta el resto de la sociedad sobre ellos, apunta Corina Tartina, profesora de ecología y biología evolutiva en Princeton.

Susan Cain escribió su libro más vendido, 'Silencio: El poder de los introvertidos', mucho antes de la crisis mundial actual. Su libro fue, en muchos sentidos, la chispa que encendió el movimiento introvertido positivo. En él, ella argumenta que los introvertidos son tan valiosos como los extrovertidos, pero debido a nuestra obsesión con el "ideal extrovertido", la sociedad ha pasado por alto sus habilidades y talentos.

Cain razona que ciertas circunstancias le dan ventaja a los extrovertidos, mientras que otras se la dan a los introvertidos. Todo es parte del "plan" de la evolución. Y pone el ejemplo de los nómadas. Aquellos que heredaron un gen vinculado a la extroversión estaban mejor alimentados que aquellos que no tenían el gen. Pero en poblaciones que no eran nómadas, es decir, comunidades asentadas y estables, las personas con el gen "extrovertido" en realidad tenían una nutrición más pobre.

"Los mismos rasgos que hacen que un nómada sea lo suficientemente feroz como para cazar y defender el ganado contra los asaltantes puede dificultar actividades más sedentarias como la agricultura, la venta de productos en el mercado o la concentración en la escuela", escribe Cain.

Sé un introvertido, salva el mundo

Todos los expertos están de acuerdo en que la única forma de frenar la propagación de la pandemi del coronavirus y prevenir la muerte es el distanciamiento social. En este momento, es imperativo que nos quedemos en casa, cancelemos planes y evitemos otros. Cosas típicas de personas introvertidas, así que ¿podría ser que , al igual que las amebas solitarias del reino animal, los introvertidos tuviesen una ventaja evolutiva en este momento? ¿Uno que podría marcar una diferencia crítica en esta creciente crisis que todos enfrentamos? Introvertidos, es hora de salvar el mundo.