Nunca apreciamos tanto a belleza del cielo como en el verano. La ausencia de las nubes que nos acompañan durante el resto del año hace que las noches cobren un protagonismo especial, con las estrellas y la luna como grandes anfitrionas. El día 20 de julio -a las 00:59h para ser exactos- nuestro satélite entrará en su fase completa; y como cada mes, recibe varios nombres relacionados con el devenir de la naturaleza.
Nosotros nos hemos quedado con el sobrenombre de “Bendita” porque tiene que ver con el alimento y la supervivencia. Nuestros ancestros la llamaron así porque coincidía con la temporada de la cosecha del maíz, el principal sustento de las tribus antiguas. Sin embargo, recibe otros nombres menos conocidos que vamos a detallar.
Casi no hace falta explicar por qué se llama también ‘Luna de los Truenos’. Durante la primera quincena de este mes, la mayoría de las regiones de la Península han registrado inesperadas y alucinantes tormentas eléctricas. Pues bien, tan inesperadas no deben ser cuando La Luna se rebautiza en su honor, pues este festival de rayos y truenos es común, especialmente, en pleno julio.
Otro de sus nombres es ‘Luna de Ciervos’ o ‘Luna de Venados’ y es, probablemente, el más curioso. Este plenilunio indica el momento preciso en el que a los ciervos les empieza a crecer una nueva cornamenta y también a mudar su piel aterciopelada.
Además, si tenemos suerte, durante los últimos días de julio y los primeros de agosto, a La Luna le acompañará una conjunción planetaria multiplicada por cinco. Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno se alinearán con ella en el firmamento.