Pocos fueron los afortunados que lograron visualizar el fenómeno ya que se produjo un poco tarde: a las 4:20 horas de madrugada. Afortunadamente, sí lo captaron los detectores que la Universidad de Huelva, que opera en el Complejo Astronómico de La Hita (Toledo).
El análisis llevado a cabo por el Profesor José María Madiedo (Universidad de Huelva) ha revelado que esta bola de fuego se inició a una altitud de unos 130 kilómetros sobre la provincia de Cuenca, avanzando en dirección suroeste y extinguiéndose cuando se encontraba a unos 82 kilómetros de altura sobre el nivel del suelo.
Las Perseidas están producidas por el cometa Swift-Tuttle. Este año, los astrónomos prevén que, en condiciones ideales, durante el máximo de esta lluvia de estrellas puedan llegar a verse hasta 100 perseidas por hora.
La mala noticia es que la Luna influirá negativamente en la observación e impedirá ver las perseidas menos luminosas, por lo que el número real de estrellas fugaces que podrá verse será inferior. Por ello, para verlas se aconseja desplazarse a algún lugar con cielos oscuros, alejados de la contaminación lumínica de las ciudades.