Descubren el primer pingüino blanco visto nunca en Galápagos

  • El pingüino, creen los técnicos del parque, se debe al leucismo

  • Esta afección se debe a un gen recesivo que hace que el plumaje sea blanco

  • Se había observado en otros animales en Galápagos, pero nunca en pingüinos

¿Alguna vez has visto un pingüino completamente blanco? Tampoco el guía de naturaleza Jimmy Patiño ni los técnicos de la Dirección del Parque Nacional Galápagos. Se cree que el ejemplar fotografiado el pasado 19 de septiembre es el primero que ha pisado nunca este archipiélago. Expertos han analizado el motivo de su color.

El pingüino padece leucismo, diferente al albinismo

El lugar del avistamiento fue la isla Isabela, en la Punta Vicente Roca. Este pingüino de las Galápagos (Spheniscus mendiculus) blanco llamó la atención de los tripulantes de una barca turística. El guía, Patiño, conoce estas aves y un detalle le hizo descartar que se tratase de albinismo: sus ojos. Eran negros, lo cual le hizo sospechar que se trataba en realidad de leucismo.

La Dirección del Parque Nacional Galápagos ha confirmado que esta sería la afección que otorga el particular color blanco a este pingüino. A diferencia del albinismo, el leucismo no influye en el tono de los ojos. Además, los animales leucísticos no son más sensibles al sol que el resto. Esta particularidad genética se produce ‘impuesta’ por un gen recesivo.

Antes, se habían registrado ejemplares en las Galápagos de otras especies que también sufrían leucismo, aunque nunca un pingüino. “Tiburones, lagartijas, pinzones o langostas”, enumera la revista National Geographic, serían algunos de los animales observados con esta afección.

Los pingüinos de las Galápagos son la segunda especie de pingüino más pequeña del mundo, después del pingüino azul. Apenas pesa unos 2,5 kilos, y están siempre en busca de temperaturas templadas. Suelen entran al agua para refrescarse del sol cuando el calor se impone, y se adentran en tierra firme cuando el termómetro desciende por la noche.

Esta especie, junto con las demás de las Galápagos, corre el riesgo de desaparecer por el cambio climático. Su reproducción depende directamente de la temperatura, puesto que con demasiado calor no hay alimento, y sin alimento los nidos no pueden sacarse adelante. Esto llevó hace unos años al planteamiento de crear “departamentos” para proveer sombra para que puedan nidificar, así protección de los depredadores, por parte de la organización Conservation International.