Una ciudad sin coches es posible: en la isla de Mackinac sólo puedes andar o ir en bici

Daniel Muñoz 29/12/2016 11:30

La isla de Mackinac es volver al siglo XIX. El 6 de julio de 1898, esta localidad costera de Michigan prohibió mediante una ley el uso de vehículos a motor porque los coches se consideraron unos ‘monstruos mecánicos’. Las presiones de la industria y de la política no pudieron con esta isla que está situada en el Lago Hurón, entre Estados Unidos y Canadá.

Así, los 500 habitantes que hay durante la mayor parte del año se multiplican en verano hasta llegar a los 15.000. Este paraíso natural se ha convertido en un destino turístico para desconectar, huir de los atascos y entrar en contacto con una naturaleza libre de coches.

La isla, que es Monumento Histórico Nacional, tiene una superficie de 9,8 kilómetros cuadrados y sólo se puede recorrer caminando, con carruajes tirados por caballos o en bicicleta. La mayor parte de los turistas viven su visita a Mackinac como un viaje al pasado, en el que desconectan del estrés diario y se olvidan de los ruidos y de la contaminación de las grandes ciudades.

Los coches son ilegales, pero como en toda ley hay una excepción. La isla tiene dos vehículos que sí pueden circular durante todo el año en caso de emergencia, y en invierno, las máquinas quitanieve limpian los caminos para facilitar la vida a los ciudadanos. Los accidentes de bicis o carruajes son casi inexistentes. Eso sí, como toda ciudad americana tiene una autopista aunque la M-185, conocida como ‘Main Street’ (calle principal) es la única de todo Estados Unidos en la que no circulan coches.

Olvídate de buscar una gasolinera, de pararte en un semáforo o de esperar a que pase un coche para cruzar la calle. En la isla de Mackinac se vive de otra manera, más sana y más saludable, de la que estamos acostumbrados a vivir en nuestro día a día. Otra forma de vida es posible y esta isla de Michigan es un claro ejemplo.