“La pregunta no es si puede suceder. La pregunta es cuándo va a suceder”, decía el doctor Lawrence (Paul Giamatti) en ‘San Andrés’, la película que simulaba los devastadores efectos que tendría un nuevo terremoto provocado por la ‘Gran Falla’. Y efectivamente, éste es el gran reto de la geología futura: no sólo augurar dónde puede desatarse un seísmo, sino precisar en qué momento lo hará.
Estados Unidos – donde la amenaza de un ‘Big One’ en la costa oeste continúa in crescendo- ha trabajado durante este año en un moderno sistema de detección de terremotos que va más allá de la red de alertas común. La pretensión de Richard Allen, miembro del Laboratorio Sismológico de Berkeley, es emular y mejorar las aplicaciones móviles de predicción de corrimientos de tierra ('Sismo Detector', 'Earthqueake Alert') en una nueva App: ‘My shake’.
Aprovechando los acelerómetros de los smartphone, Allen presentó el pasado mes de febrero un sistema móvil que podría detectar terremotos de magnitud 5 a una distancia de 10 kilómetros y unos segundos antes de su cúspide. Sin embargo, preguntando a los expertos del Instituto Geológico y Minero de España sobre estas aplicaciones, su fiabilidad queda bastante en entredicho:
“La ciencia ha avanzado mucho en la transmisión de la información y eso es bueno a la hora de alertar de que se está produciendo un terremoto; pero la predicción excata, a día de hoy, no existe. En el presente, no se puede saber el día o la hora en la que va a tener un lugar un seísmo. Los geólogos no tenemos una bola de cristal. Si alguien ha inventado una aplicación móvil que pueda hacerlo, le deberían dar un Premio Nobel”, aclaraba el experto Miguel Rodríguez de Pascua.
En nuestro país no existen este tipo de aplicaciones móviles. El Instituto Geográfico de España sí dispone de una App en la que cualquier usuario puede consultar toda la información relacionada con los seísmos y terremotos producidos en la Península, abrir vías de comunicación y orientar sobre el comportamiento adecuado ante una catástrofe como ésta. Pero, en palabras de Pascua, "para adelantarnos a un terremoto con exactitud habrá que esperar al futuro".