Medidas para reducir la contaminación mientras criticas a Carmena en la M30

Juanjo Palomo (@juanjopalomo) 13/11/2015 10:53

1. Conducir con marchas largas, bajando las revoluciones del motor

La principal medida para una conducción eficiente es la de no apurar las revoluciones del motor. Esto se consigue acelerando gradualmente, con suavidad, y cambiando a marchas más largas siempre que sea posible. Esto es, conducir en tercera mejor que en segunda en vías urbanas siempre que la situación lo permita. Incluso pasar a cuarta en vías urbanas que permitan una conducción a velocidades por encima de 50km/h. Es el caso de la M30. La limitación del Ayuntamiento a 70km/h podría llevar a algunos usuarios a circular por esta arteria de Madrid en tercera (a velocidades entre 60km/h y 70km/h). ¡Mal! Siempre que sea posible, es recomendable pasar a cuarta.

2. Cuesta abajo, deja caer el coche por su propio peso (con la marcha metida)

El perfil urbano de Madrid, con muchas cuestas y desnivel entre barrios, es ideal para aplicar este consejo. Consiste simplemente en dejar caer el coche en las cuestas pronunciadas sin acelerar, sólo con su propio peso, y con la marcha metida. Muchos usuarios que tengan medidor de consumo en su vehículo habrán comprobado ya que tomando esta medida el indicador de litros a los 100km se pone a cero. No sucede así cuando se deja caer el vehículo en punto muerto (sin marcha metida o con el embrague pisado). De hecho, no se debe hacer esto último dado que el coche se queda sin la ‘resistencia’ que ofrece el motor (llamada a menudo freno-motor) y cae a peso lo que puede hacer perder el control de la velocidad y además obliga a trabajar el doble a las pastillas de frenos.

3. En primera… ponte en marcha y cambia rápido a segunda

La primera marcha (después de la marcha atrás) es la más corta del coche, la que más potencia desarrolla y, por lo tanto, la que más consumo de combustible demanda al motor. Por eso, una medida fundamental para evitar excesos de consumo es utilizarla lo mínimo necesario para lanzar el coche a la marcha con el objetivo de cambiar a segunda lo más rápido posible. Por muy corto que sea un trayecto, hay que evitar conducir en primera durante más de 10 ó 15 metros. Por supuesto, siempre que la situación del tráfico urbano lo permita.

4. No conducir con las ventanillas bajadas… ¡ni con el aire acondicionado!

Este otoño está siendo especialmente caluroso y seco en España. No obstante, por la mañana, las temperaturas son lo bastante frescas como para salir de casa con el abrigo puesto. Una vez en el coche, si no nos hemos quitado el abrigo y ya ha salido el sol, podemos encontrarnos con temperaturas en el interior del vehículo que nos tienten a bajar la ventanilla. ¡Mal hecho! Lo ideal es prever esta situación y quitarnos antes de iniciar la marcha las prendas de abrigo (cazadoras, jerseys, sudaderas) que puedan incomodar la conducción. Por supuesto, ni hablar de encender el aire acondicionado… ¡en noviembre!

5. La presión de las ruedas… pasa por boxes

Además de ser un punto clave de seguridad pasiva del vehículo, la presión de los neumáticos está directamente relacionada con el consumo de combustible. Unos neumáticos por debajo de la presión adecuada obligarán al motor a realizar un sobre esfuerzo al estar provocando una mayor resistencia en su contacto con el asfalto. Esto es porque la menor presión aumenta la superficie de la rueda que toca con la vía.