Una sonda japonesa traerá a la Tierra muestras de un asteroide que ayudarían a explicar el origen de la vida

  • La sonda Hayabasa 2 ha recogido muestras del asteroide Ryugum

  • La cápsula aterrizará en un desierto del sur de Australia

  • El material rocoso obtenido tiene un peso de un gramo

La sonda espacial japonesa Hayabusa 2 ha enviado a la Tierra este sábado una cápsula con las muestras del asteroide Ryugu, que aterrizará este domingo en un desierto del sur de Australia, informó la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA).

La sonda, que tiene el tamaño de un frigorífico y que fue lanzada en diciembre de 2014, logró posarse sobre un asteroide a unos 300 millones de kilómetros de la Tierra y recoger materiales del espacio. Con un peso aproximado de un gramo, son las primeras muestras tomadas del material subterráneo de un asteroide.

Las muestras del cuerpo espacial rocoso, recogidas durante dos fases cruciales de la misión el año pasado, se encuentran en una cápsula que se separará de Hayabusa-2 a unos 220.000 kilómetros sobre la Tierra y que después caerá en el desierto del sur de Australia.

Los científicos esperan que este material pueda contribuir a las investigaciones sobre el origen de la vida en la Tierra, dado que el Ryugu, que tiene unos 4.600 millones de años, habría sufrido cambios mínimos desde la formación del sistema solar.

Próxima misión, el asteroide 1998 KY26

Después de haber entregado sus muestras, la sonda Hayabusa-2 efectuará una serie de órbitas alrededor del Sol durante unos seis años para registrar datos sobre el polvo en el espacio interplanetario y observar exoplanetas. Posteriormente, la nave se acercará a su primer objetivo en julio de 2026, cuando permanecerá a una cierta distancia del asteroide 2001 CC21, el cual los científicos esperan fotografiar.

Después de eso, la Hayabusa-2 deberá ir por su objetivo principal: el 1998 KY26, que es un asteroide esférico de un diámetro de sólo 30 metros. Cuando la sonda lo alcance en julio de 2031, se encontrará a unos 300 millones de km de la Tierra. La sonda observará y fotografiará el asteroide, pero es poco probable que se pose sobre él y recoja otras muestras, pues es poco probable que disponga del combustible suficiente para traerlas a la Tierra.