En la investigación, realizada por un grupo de científicos de la Universidad de Reading, se han analizado distintos tipos niveles de turbulencias (ligeras, ligeras-moderadas, moderadas, moderadas-severas, y severas) y se ha observado que la media de perturbaciones ligeras aumentará en los próximos años en un 59%.
Pero lo más preocupante viene después. A medida que las perturbaciones son más intensas, mayor es la frecuencia con que éstas se producirán. Por eso, las ligeras-moderadas aumentarán en un 75%, las moderadas en un 94%, las moderadas-severas lo harán en un 127% y las severas crecerán en un 149%.
Motivo de alarma
"Incluso para los viajeros más experimentados, el aumento en un 149% en las turbulencias severas es motivo de alarma", ha advertido Paul Williams, jefe del estudio. Ahora, el investigador considera que "nuestra principal prioridad de cara al futuro es investigar otras rutas de vuelo", y añade que "necesitamos saber la altitud y la dependencia estacional de esos cambios, y analizar distintos modelos climáticos y escenarios de alerta para cuantificar la incertidumbre de esos cambios".
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