México ha sufrido dos terremotos en menos de 10 días. El último ha sido de mayor intensidad y sus consecuencias mucho peores. Entre ellas, se ha aumentado la actividad del Popocatépetl, un volcán vivo que es monitorizado constantemente por su alta actividad.
El Centro Nacional de Prevención de Desastres de México (Cenapred) ha detectado previamente al terremoto 3 sismos volcanotectónicos, y posteriormente una explosión y 299 exhalaciones de baja intensidad. Hasta ahora las erupciones han sido solo de ceniza y vapores.
Las autoridades han aconsejado que la población se mantenga a un radio de 12 kilómetros del volcán, para evitar que sean alcanzados por los restos que expulse el Popocatépetl. El Cenapred ha encendido el semáforo de alerta volcánica en Amarrillo (fase 2).
Las advertencias han sido de todo tipo, y se ha recomendado a los mexicanos que en caso de lluvia de ceniza deben cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo húmedo, limpiarse los ojos y la garganta con agua, y utilizar gafas para reducir la irritación ocular.