El órgano disciplinario, teniendo constancia por los medios del incidente en el que el técnico del Real Madrid le metió el dedo en el ojo al asistente del equipo azulgrana, que reaccionó contra Mourinho, ya que la acción no se reflejaba en el acta ni hubo denuncia, acordó la instrucción de una información reservada y, tras revisar las imágenes acordó incoar sendos procedimiento disciplinarios extraordinarios.
El Instructor propuso una suspensión de tres partidos a Mourinho y de uno a Tito Vilanova en virtud del artículo 123 (producirse de manera violenta siempre que la acción origine riesgo, pero no se produzcan consecuencias dañosas o lesivas) que refleja una suspensión de uno a tres partidos o por tiempo de hasta un mes.
En las alegaciones de los interesados, estiman que el incidente fue "inocuo y sin violencia alguna, y que, como máximo, podría merecer la calificación de acto de desconsideración", pero el Juez de Competición acepta la calificación del Instructor, aunque reduce la propuesta a su grado medio de dos partidos.
En el caso de Tito Vilanova, se le considera "igualmente responsable de la infracción, pero con la atenuante de provocación suficiente al ser su acción una respuesta inmediata, sin solución de continuidad, proporcionada y suficiente frente al acometimiento que sufre" por parte del entrenador del Real Madrid.
Además, de las suspensiones, ambos han sido sancionados con una multa de 600 euros y se impone al Real Madrid otra de 180 euros y al FC Barcelona de 90. Contra la presente resolución cabe interponer recurso ante el Comité de Apelación en el plazo de diez días.