El farmacéutico que convirtió su establecimiento en un templo del rock: “Loquillo me escribió para darme la enhorabuena”

Paco Hernández remodeló hace unos meses una tradicional farmacia para convertirla en algo más parecido a un garito de rock
“¿Es una farmacia convencional? Farmacia sí; convencional no”, explica el farmacéutico y propietario.
El extremeño Paco Hernández (52 años) estudió Farmacia y, después de pasar por diversos trabajos, en 2014 abrió su propio establecimiento para despachar medicamentos: una ajada farmacia en el barrio madrileño de Embajadores que pedía a gritos una profunda reforma. Lejos de transformarla siguiendo los cánones propios del sector, en junio de 2024 la reabrió con insólita apariencia, más cerca de un garito de rock que de un dispensario sanitario.
Salud y Rock’n Roll la ha llamado. En su interior, un hilo musical de canciones de rock acompaña a personas de todas las edades que acuden receta en mano entre luces de neón, un rincón repleto de vinilos y un cartel de dos metros con la imagen de Robe Iniesta.
“Cuando la compré, era farmacia convencional”, cuenta. “Con el tiempo, pensé: ‘O la vendo o la reformo’. Y, cuando pude, la reformé. Desde el punto de vista de los servicios que ofrecemos, es una farmacia al uso. En lo que hemos variado ha sido en la estética”. Las propuestas de diseño que le presentaba el equipo de reformas, aunque eran de alta calidad, no le satisfacían. “No era lo que yo quería”, explica.
Durante una visita a un almacén de mobiliario, les dijo: “No me gusta nada de lo que hay. ¿Os atreveríais a hacer la primera farmacia temática de España? Me miraron impresionados. Me preguntaron cuál sería el tema. Respondí que Salud y Rock’n Roll”.
“La idea surge de soñar con los ojos abiertos”, apunta. “Cuando me veía en la farmacia, soñaba con un sitio que me encandilara. No hay cosa que más me encandile que un garito de rock. Expliqué a los de la reforma que debía ser algo transgresor. Así, mientras en el resto de farmacias predomina el color blanco, aquí las paredes son negras”. En lugar de letreros con secciones, los rótulos plasman títulos de canciones de rock. En los mostradores no luce el logotipo de la farmacia, sino siluetas de músicos como Loquillo, Robe o Fito. En el escaparate, una pantalla emite fechas de próximos conciertos.

La historia de amor de Paco con el rock viene de su preadolescencia. En uno de esos discos recopilatorios que cuatro décadas atrás se publicaban en Navidad (en concreto, aquella serie denominada Boom) descubrió una canción que le impactó: “Morir en primavera”, de Loquillo y Trogloditas.
“La escuché y pensé: ‘¿Qué es esta maravilla?’. Soy muy curioso, me gusta buscar y encontrar cosas; me puse a indagar en la carrera de Loquillo… y me vi inmerso en el mundo rocker: las chupas de cuero, los tupés, las motos… De Loquillo pasé a Burning, Los Rebeldes, Extremoduro… Todo eso se me empieza a meter en el cuerpo”.
Le interesa el rock español más que el internacional. “Chuck Berry, Elvis Presley… me encantan. Pero no he tenido mucha afinidad con el rock anglosajón. Mi apuesta principal es el rock and roll nacional”, dice.
Visitas de músicos de rock
La noticia de la existencia de una farmacia rockera ha llamado la atención incluso de músicos de rock, algunos de los cuales la han visitado solo para conocerla. “Cerca de aquí está la compañía Dromedario Records, de Alén Ayerdi, batería de Marea. Un día que yo estaba fuera, me llaman de la farmacia: ‘Paco, ven que hay una gente que pregunta por ti’. Eran dos de los excomponentes de Platero y Tú. A raíz de aquella visita han venido miembros de Marea, Ciclonautas, Linaje…”. No deja de resultar curioso que los rockeros, afines a otros tipos de establecimientos, se dejen caer por uno que pertenece al ámbito de la salud.
Defiende Paco que los tópicos de los malos hábitos del rock son cosa del pasado. “Nos hemos hecho mayores, y el rock español actual está en manos de gente que ya tiene unos años… Su concepto de vida ha cambiado, y ahora viven alejados de los excesos: hacen vida sana, ejercicio… Vas a los conciertos y el público bebe agua. En la actualidad, la salud y el rock and roll son dos conceptos que se pueden aunar”.
El nombre de la farmacia viene de la canción de Loquillo “Salud y rock’n roll”. “Empezó a seguirme por Instagram —dice Paco—, y a través de esa red social hemos tenido determinado contacto puntual. Me comentó que le había gustado mucho y me dio la enhorabuena. Es algo de lo que personalmente me siento muy orgulloso”.
Para combatir el tópico de “sexo, drogas y rock and roll”, que muchos músicos han seguido al pie de la letra, Paco Hernández propone algún consejo: “En el fondo, la salud tiene dos pilares fundamentales: la alimentación y el ejercicio físico. Lo vemos en nuestro día a día. Según el tipo de alimentación y los hábitos de ejercicio, cuando te vas asomando a los cuarenta puedes notarte mejor o peor”.
Esas visitas casi turísticas también se producen por parte de seguidores anónimos del rock, procedentes incluso de otras ciudades. “Estoy encantado con que la gente venga exclusivamente a ver el entorno”, dice. “Si te soy sincero, esto no ha sido un reclamo comercial. El objetivo no es que vengan cada día trescientas personas porque les encanta el rock; en temas de salud es importante tener gente de confianza, y esta la generan las personas de tu barrio. Ha sido un deseo personal. Cuando estoy aquí, es como si no viniera a trabajar. Estoy encantado”.
La filiación musical de sus empleados no representa factor fundamental a la hora de contratarlos. “Bajo ningún concepto”, dice. “Siempre he escogido profesionales. Hay que separar muy bien una cosa de la otra. No les pregunto si les gusta Fito u Hombres G. Aunque les advierto: ‘Si no te gusta el rock, piénsatelo, porque aquí va estar sonando música las doce hora que estamos abiertos”.
Aunque su emplazamiento sea casual, el barrio de Embajadores fue, a finales de los setenta, semillero de jóvenes bandas rockeras como Ñu, Leño o Coz. “En esta zona se respira mucho rock”, admite. “Aquí el concepto ha encantado. Hay muchos clientes con quienes mantengo conversaciones sobre conciertos y discos. Otros me preguntan: ‘¿Es una farmacia convencional?’. Les dijo: ‘Es una farmacia. Convencional, no”.

