Series

‘Las chicas de oro’ o cómo cuatro mujeres maduras revolucionaron la televisión: “Pasados los 50 se podía seguir deseando y sentirse deseada”

‘Las chicas de oro’
'Las chicas de oro', pioneras de los años 80NBC
Compartir

Cuando 'Las chicas de oro' llegó a la televisión en 1985, nadie imaginaba que cuatro mujeres mayores compartiendo casa en Miami se convertirían en un fenómeno cultural que marcaría a varias generaciones. La serie de la NBC rompió estereotipos sobre la edad, la feminidad y la amistad al colocar en el centro de la pantalla a Dorothy, Blanche, Rose y Sophia, cuatro mujeres maduras, independientes y con personalidad que no solo hicieron reír a millones de espectadores con su ironía, ingenio y tartas de queso, sino que se atrevieron a hablar de temas muy poco frecuentes en la televisión de la época, como la sexualidad en la madurez, la soledad, el racismo o la diversidad.

Más allá de su éxito de audiencia y sus premios, 'Las chicas de oro' abrió el camino para nuevas narrativas sobre la edad, la sororidad y la autonomía de la mujer en la televisión, y cuatro décadas después sus chispeantes diálogos se mantienen tan frescos como entonces. En 'Las chicas de oro' (Editorial Dos Bigotes), el periodista Pedro Ángel Sánchez, autor de la biografía 'Nada es eterno salvo la Carrà', explora a fondo, desde todos los ángulos, el legado de una serie que sigue siendo inspiradora y nos recuerda que la edad nunca ha sido un obstáculo para brillar.

PUEDE INTERESARTE

¿Por qué has querido escribir un libro sobre ‘Las chicas de oro’? ¿Qué significaron en tu vida?

Porque considero que es importantísimo saber de dónde venimos en todos los ámbitos de la vida, también a nivel cultural y televisivo. Por eso también el pasado año quise reivindicar la figura de Raffaella Carrà escribiendo su biografía. Creo que una serie tan honesta, rompedora y pionera en tantas cosas merecía un libro que la pusiera en valor. En mi caso, aunque conocía la serie, me enamoré de ella gracias a su redifusión en las plataformas. Verla con la perspectiva del tiempo y con la experiencia vital que dan los años hizo que desde el minuto cero me fascinara.

PUEDE INTERESARTE

¿Cuáles son las razones de que la serie conectara profundamente con públicos tan distintos?

Porque muchos de los temas que tratan, aunque se enfocan desde la visión madura de sus protagonistas son universales. Todos, más mayores o más jóvenes, sabemos de la importancia de la amistad, del miedo a la soledad… ¡y por supuesto a todos nos gusta el sexo!

¿Por qué tuvo tanto éxito en la España de los años 80?

Porque puso sobre la mesa muchos debates que inquietaban a la sociedad. No únicamente a la estadounidense, también a la nuestra y a la de muchos otros países en los que se emitió la serie. Además conectó enseguida con un público que no estaba acostumbrado a ver a mujeres de determinada edad hablando de determinadas cosas sin ningún tipo de filtro. Además hizo algo muy difícil: hacernos reír a la vez que nos permitía reflexionar sobre cuestiones muy controvertidas. No fue una comedia más.

¿Qué lugar ocupaban las mujeres maduras en la pantalla antes de ‘Las chicas de oro’?

Eran prácticamente inexistentes. Por eso, cuando a Susan Harris, la creadora de la serie, le propusieron el reto de escribir una sitcom sobre “mujeres mayores” no se lo pensó dos veces. Sabía que la sabiduría y la experiencia estaba en ellas. Un perfil social que hasta ese momento jamás se le había prestado atención en la televisión. Curiosamente, antes que a Susan, la propuesta se la hicieron a otro reputado guionista al que no se interesó el proyecto en absoluto, suponía que aquello no iba a interesar a nadie.

PEDRO ÁNGEL SÁNCHEZ

Las protagonistas no eran jóvenes, no estaban casadas y hablaban abiertamente de temas considerados tabú o que eran muy poco comunes en comedias familiares de la época, desde la homosexualidad al Sida pasando por la libertad sexual. ¿Cómo desafió la serie los estereotipos edadistas y sexistas del momento?

Su mejor arma fue el humor. Además siempre contó con el beneplácito de la cadena que nunca echó para atrás ninguno de las temáticas propuestas por los productores. Sabían que por muy polémico que fuera el argumento, lo tratarían con respeto y empatía, y eso dio al equipo total libertad para trabajar.

Esa libertad se plasmó de alguna forma en los guiones y las conversaciones de las chicas, demostrando que pasada la cincuentena se podía seguir deseando y sentirse deseada. En ello también tuvo mucho que ver el vestuario utilizado, con el que quisieron demostrar que pese a las canas, podías seguir mostrándote guapa y atractiva al mundo.

Muchos críticos dicen que la serie fue revolucionaria sin pretenderlo. ¿Estás de acuerdo?

Sus creadores sabían que tenían algo muy importante entre manos. De hecho, el lanzamiento de la serie no dejaba de ser un riesgo a nivel comercial. Hasta entonces todo lo que se anunciaba estaba destinado a una edad comprendida entre 18 y 49 años, y el programa podía poner en riesgo las cifras de la cadena. Pese a ello jamás dudaron en apostar por la serie. Desde que leyeron el guion y vieron el resultado del programa piloto estaban convencidos que funcionaría y que aquella serie iba de alguna manera a cambiar la televisión.

¿Se puede considerar a ‘Las chicas de oro’ una serie feminista?

Indudablemente. Si algo dejaron claro Blanche, Rose, Dorothy y Sophia es que eran cuatro mujeres totalmente empoderadas que sabían muy bien sacarse las castañas del fuego, nunca necesitaron a ningún hombre para sobrevivir. Eso sí… ¡tampoco sabían vivir sin ellos!

Golden Girls

¿En qué aspectos dirías que la serie ha ‘envejecido’ o se ha quedado obsoleta?

Hay algún que otro capítulo en el que nos puede “rechinar” algún chiste o chascarrillo relacionado con referencias físicas que a día de hoy nos pueden “chocar”. Pese a ello, todos tenían como finalidad no “reírse de” sino hacernos empatizar con el diferente. De ahí la importancia de contextualizar la serie en la sociedad de hace cuatro décadas, valorando el avance que ha hecho en determinados aspectos a lo largo de estos cuarenta años.

Blanche, Rose, Dorothy y Sophia eran personajes complejos. ¿Qué aportó cada una en la representación de la mujer madura?

Betty White comentó en algún momento que las cuatro eran como los cuatro puntos de una brújula, también a nivel personal. Cada una supo representar una parte de la mujer: Blanche era la sensualidad, Rose la inocencia, Dorothy la sensatez y Sophia, la experiencia.

¿Y qué importancia le otorgas a las actrices -Bea Arthur, Betty White, Rue McClanahan y Estelle Getty- en el éxito colectivo de la serie? ¿Qué destacarías de cada una de ellas?

Fueron las actrices perfectas, sin ellas, seguramente el furor por la serie no hubiera sido el mismo. Las cuatro estaban en estado de gracia y supieron aportar a cada personaje una impronta que no pasó inadvertida para nadie. Investigar sobre ellas ha sido una de las cosas más apasionantes que me ha regalado este libro: la incansable búsqueda del amor de Rue, la llegada del éxito ya en la madurez en el caso de Estelle, la longeva trayectoria de Betty o las manías de Bea Arthur.

La serie también demostró que había un público para historias protagonizadas por mujeres maduras. ¿Qué series o creadores posteriores recogieron ese legado?

Es evidente que ‘Sexo en Nueva York’ tiene un claro referente en ‘The Golden Girls’. Solo hay que fijarse en las escenas en las que Carrie charla de sus cosas con Miranda, Samantha y Charlotte para comprobar que es un claro símil de las conversaciones mantenidas por “las chicas doradas” en la mesa de la cocina mientras comían tarta de queso. Pero podemos hablar de otras muchas como ‘Girls’ o ‘Mujeres desesperadas’, esta última ideada precisamente por Marc Cherry, el que fuera también guionista de ‘Las chicas de oro’.

En la era del streaming, ¿crees que una serie como ‘Las chicas de oro’ podría hacerse hoy? Y si se hiciera, ¿sería igual de transgresora?

Creo que podría hacerse y que podría funcionar muy bien. En un momento en el que determinadas cuestiones que la sociedad ya tenía superadas vuelven a debatirse o ponerse en tela de juicio, argumentos iban a tener de sobra. Otra cosa es saber dar con la tecla que conectara con la gente y que ese humor tan sarcástico y afinado que hizo tan especial a la sitcom.

¿Por qué crees que sigue siendo tan querida y citada por las generaciones que la vieron en su momento?

Porque en muchos casos se convirtió en un refugio. Es más, a día de hoy, muchos fans de la serie me escriben para contarme, no solo lo importante que fue para ellos. También para asegurarme que muchas noches, cuando han tenido un mal día, ponerse uno de sus capítulos les reconcilia con la vida. Aquel chalet de Miami tenía y sigue teniendo algo de sanador.

Si tuvieras que definir su legado en una sola frase, ¿cuál sería?

Como dice el título de mi libro, es “la serie que nos enseñó que las amigas son la familia elegida”, pero también la que nos hizo entender que las segundas oportunidades pueden llegar en cualquier momento de nuestra vida.

¿Qué le dirías a alguien que nunca ha visto ‘Las chicas de oro’ y cree que es “una serie de abuelas” pasada de moda?

Que olviden los prejuicios porque en su momento la mayoría de los fans de la serie eran adolescentes. Así que, que se pongan laca y hombreras, y descubren lo divertida y auténtica que puede ser la madurez, con la que además de tener más cosas en común de lo que creemos…¡todos llegaremos a ella!