Música

Radio Tarifa vuelve 20 años después: “Tuve cáncer de garganta y quise hacer un disco nuevo”

Vincent Molino (derecha) y Faín Sánchez Dueñas, los dos componentes actuales de Radio Tarifa.
Vincent Molino (izquierda) y Faín Sánchez Dueñas, los dos componentes actuales de Radio Tarifa.. Uppers
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Aunque muchos no lo sepan, Radio Tarifa es uno de los grupos españoles de mayor reconocimiento internacional. A finales de los ochenta, y gracias a la determinación de músicos como Paul Simon o Peter Gabriel, la denominada world music (músida del mundo) se puso de moda en muchas zonas del planeta. Surgieron sellos especializados y festivales como WOMAD, que daban a conocer sonidos de diferentes latitudes (India, África, Sudamérica) que actualizaban el folclore tradicional de cada región. En España, Radio Tarifa fue el máximo exponente; sus discos se vendieron bien fuera de nuestras fronteras y sus giras lo llevaron por toda Europa, Turquía, Australia o Nueva Zelanda.

Radio Tarifa se disolvió en 2006, pero este 2025 han puesto en circulación un flamante álbum, La noche, en el que varios cantantes (Blanca Paloma, Eliseo Parra, Javier Castrillón, José González) ponen voz a nuevas canciones de registro mediterráneo como antaño lo hacía Benjamín Escoriza, cantante titular, fallecido en 2012. En el regreso a la actividad ha tenido mucho que ver la enfermedad que Faín Sánchez Dueñas (percusionista, cuerdista y arreglista) padeció y afortunadamente dejó atrás.

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“Tuve un cáncer de garganta”, explica. “Me operaron, me sometí a quimioterapia… Me había medio jubilado, y cuando lo superé, estaba muy contento. Pero pensé que la enfermedad podría volver y me entró la energía de querer grabar un disco, por si no me quedaban muchos años de vida. Ahora estoy bien: han pasado los cinco años críticos”.

Había vendido prácticamente todo el equipamiento de su estudio de grabación en Madrid, por lo que con tres instrumentos que conservaba se puso manos a la obra; como siempre, con la ayuda de su cómplice en estas lides, el francés Vincent Molino (sin gorra en la foto), quien se ocupa de los instrumentos de viento.

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Por su parte, Molino había formado un grupo llamado De Mar a Mar, con la cantante Blanca Paloma. Parte del material de esta banda lo pasó a Faín, quien lo ha arreglado ahora para Radio Tarifa. “Cuando Faín se sintió capaz de hacerlo —dice Vincent—, me alegré: es el artesano del sonido Tarifa, y era una pena no hacer algo aunque no estuviese Benjamín”.

Las sensaciones al haber grabado sin Benjamín, quien aparte de singular cantante era todo un personaje, son variopintas. “No lo he echado de menos”, sentencia Faín. “Decía que el artista del grupo era él, que quería hacer sus cosas… Al final había tensión. Por otra parte, la compañía me impuso a Benjamín. El proyecto inicial era mío con varios cantantes, entre los que estaba Benjamín. Pero me dijeron: ‘Sin Benjamín, no hay contrato’. He trabajado con él hasta que murió y ahora me he sentido liberado”.

Benjamín Escoriza, quien nos dejó a los 58 años a causa de una enfermedad pulmonar, era el escaparate de Radio Tarifa; el tipo que no dejaba a nadie indiferente. Tan peculiar como la música del grupo. “A los dos nos enamoró su manera de cantar. Cuando lo conocí, le pedí que cantara temas medievales que hacíamos y me pareció maravilloso”, dice Faín. “En directo era un showman, muy atrevido a la hora de cantar”, corrobora Vincent.

No menos esenciales que su estilo como cantante eran sus letras. “Cogía una servilleta en un bar y en un minuto te hacía una letra”, recuerda Faín. “Tenía una personalidad incomparable”, dice Vincent. “A las letras les daba un toque mágico. Luego en directo lo que cantaba era otra cosa. No se acordaba de la letra y la inventaba en el momento. Era muy gracioso”.

Aun así, en un grupo tan colaborativo como Radio Tarifa, que actuaba con músicos que entraban y salían de la formación, el hecho de que en La noche participen varios cantantes se antoja giro natural. “Cuando grabábamos un disco —dice Faín—, me tocaba construir un grupo para el directo. Ese fue un trabajo muy duro para mí. Era una formación en evolución permanente, porque ha habido formaciones mejores que otras. En directo cogemos otra energía”. Una energía que parece que no volverá: “Creo que no haremos conciertos ya. Aquellos que hacíamos en el extranjero nos traen buenos recuerdos, pero era un trabajo agotador”.

En La noche, las letras son tradicionales o están escritas por los cantantes invitados. Proceso en el que Faín se encarga de dar el visto bueno. “Si no me gusta, no la acepto, pero no voy a cambiarle a alguien su letra. La descarto sin más. Ni Vicente ni yo somos grandes letristas, ni soy tan exigente con la letra como con la música”, argumenta, a lo que Vincent añade: “Eso explica que Radio Tarifa tenga éxito fuera con gente que no habla español. La música es la que capta al público”.

Auge y declive de la ‘world music’

Fue a comienzos de los años 2000 cuando Radio Tarifa llegó a la cima de su relativa popularidad. En 2001 y 2004 recibió dos nominaciones a los Premios de la Crítica de la BBC, en Reino Unido, y en 2005 aspiraron a un premio Latin Grammy por su disco Fiebre. La corriente de la world music atravesaba un apogeo que con el tiempo parece haberse diluido.

“En el fondo era una etiqueta para vender”, opina Vincent. “La world music era música del mundo, y por tanto, algo muy abierto. Con un disco podías llegar al mundo entero. Sigue dando creatividad. Promueve el intercambio. La música de Sudán está influida por la de la India, porque hay vías de comunicación en el Índico. Lo que pasa es que esa etiqueta de la industria es algo comercial que ha quedado atrás”.

Detrás de dicha etiqueta nunca ha dejado de estar presente el debate de hasta qué punto puede modernizarse el folclore sin que pierda su esencia. “Cuando estuvimos de gira en Australia con el festival WOMAD —evoca Faín— hubo un plante de los periodistas, porque salió a tocar Midnight Oil, que es un grupo de rock de allí, y decían: ’Hemos venido a escuchar world music’. Nosotros tampoco hacemos folclore clásico español; hacemos lo que se nos ocurre. Los periodistas nos pidieron que apoyáramos el cariz tradicional de la world music. Les dije: ‘En flamenco, si sale un guitarrista con un cantaor, es flamenco; si salen un guitarrista, un cantaor y un bajo eléctrico, lo aceptan en WOMAD’. Me preguntaron entonces: ‘¿No hacéis folclore?’. No. La discusión sigue en el aire. En la música todo el tiempo están mezclándose las cosas”.

Tanto es así, que no es fácil dar con una buena definición de Radio Tarifa. Vincent: “Es un proyecto personal marcado por la música antigua y tradicional, pero al mismo tiempo abierto”. Faín: “Es un resumen de las músicas que he vivido y me han interesado. Tengo algo de Asperger y me meto mucho en las cosas. Cuando descubro una música, me meto a tope. Siempre he sido muy radical en ese sentido. Cuando descubrí la música árabe, fue un hallazgo. Me iba a Marruecos a comprar instrumentos. Lo mismo con la música africana. El flamenco es una pasión que me acompaña desde pequeño. Todo esas influencias se van acumulando, y cuando empiezo a hacer música, salen”.

Lo que es un hecho es que no han terminado de ser profetas en su tierra. “Sin duda”, dice Faín. Aunque luego matiza: “En España la gente aprecia nuestro concepto, aunque un crítico nos dijo en los noventa que nuestra música no es moderna, que mirábamos atrás en el folclore. Después de la muerte de Franco, se suponía que lo moderno era el rock, y no el volver atrás a las coplas y la pandereta. Pero yo venía de donde venía y me apetecía tocar la pandereta. En España me siento valorado, dentro de un mercado pequeño. No me hace falta que nos aplauda todo el mundo. Me basta con que alguien me diga: ‘Me ha gustado tu disco’. Donde hemos sido realmente populares ha sido en Inglaterra: en Londres la gente nos paraba por la calle y nos pedía autógrafos”.

“En España también hemos tenido mucha repercusión —apunta Vincent—, aunque es un grupo que nunca ha sido comercial y que su éxito ha estado repartido. Lo que prendió la mecha fue que encontramos un distribuidor en Francia para el primer disco, y lo mandó a una revista francesa muy importante. De ahí pasó a Alemania. Pero España es un territorio donde la gente nos aprecia, una minoría. Durante mucho tiempo, al principio, hubo gente que me decía que nos había conocido gracias a una cinta donde ponía ‘Radio Tarifa’, y que la gente copiaba en Turquía, en Argentina… En los primeros conciertos, el bajista que teníamos dijo: ‘Es la primera vez que veo que el público sabe mejor las letras que el cantante”.