La escultura tiene una altura de 10 metros y fue construida por los artistas cubanos Juan Quintanilla y Karoll William, su precio: 179.000 euros. Ha quedado instalada en la llamada rotonda de Nirvana, junto a un parque del mismo nombre, situado en la localidad de Bastigueiro, en el municipio de Oleiros, provincia de La Coruña. La estatua, que reproduce en acero el rostro perfilado del comandante con boina, es probablemente la más grande de las dedicadas al Ché.
Al inaugurar el monumento, el alcalde, uno de los principales promotores de la idea del homenaje permanente al Che Guevara, resaltó la vida y obra del Guerrillero Heroico, como lo llaman los cubanos. Además, elogió su labor como combatiente y dirigente de la Revolución cubana, sus aportes a la lucha de los pueblos contra la opresión y su papel en las guerrillas de África y Bolivia, antes de ser asesinado en ese país latinoamericano en 1967.
Asimismo, expresó su solidaridad con Cuba frente a la hostilidad de Estados Unidos y reclamó la liberación de cinco luchadores antiterroristas cubanos presos desde hace casi 10 años en cárceles norteamericanas.
También asistieron los escritores gallegos Xosé Neira Vilas y Anisia Miranda, el secretario general del Partido Comunista del Pueblo Gallego, Xosé Collazo Castro, el presidente de la Asociación de Amistad Gallego-Cubana, Francisco Villamil y el consejero cultural de la embajada cubana en España, Luis Toledo.
No faltó la polémica, poco más de un centenar de vecinos de Olieros se manifestaron contra la estatua. Ante esto su hijo Camilo contestó que polémica y detractores del mítico comandante siempre los habrá, pero que lo importante es que prevalezca el pensamiento del Che. "Cada vez que se le rinde tributo aparecen enemigos de esos valores, sólo son personas que quieren eliminar las utopías y las ilusiones en un mundo loco al que hay que poner coto y cambiar", destacó. BRG