Moby, que actuó anoche como cabeza de cartel en el festival Electromar, que se celebra este fin de semana a la orilla del Mar Menor, en Los Alcázares (Murcia), confesó, en una entrevista concedida a Europa Press, que nunca pensó en desarrollar una carrera como artista cuando empezó a componer música hace 20 años.

Tras presentar en Madrid su noveno disco, 'Destroyed', inspirado en los momentos que se ocultan detrás del escenario durante su última gira internacional, acompañado de un libro de 55 fotografías que Moby fue tomando mientras surgían las canciones, el neoyorquino aseguró que este álbum mantiene la misma línea con el anterior, 'Wait for me'.

Asimismo, afirmó que tenía muchas ganas de acudir a este festival, del que había oído hablar hace tres o cuatro años porque, explicó, "no hay muchos festivales de música electrónica, que combinen además la electrónica en directo con la de disc-jockey". Por lo que, señaló, "es un honor, es maravilloso poder estar hoy aquí", aunque en esta ocasión no tuvo tiempo de hacer turismo, ya que esta mañana salía hacia Bélgica.

En este sentido, Moby apuntó que casi el 80 por ciento de los festivales a los que acude son de rock, con lo que puede compartir escenario tanto con Jay Z, Neil Young como con Bruce Springsteen, y que sólo un 20 por ciento son del tipo de Electromar, aunque ante la pregunta de cuál prefiere, contesta que los dos le gustan por igual.

Minutos después, pasadas las doce de la noche y con una puntualidad exquisita, el neoyorquino hizo acto de presencia en el escenario principal del Electromar para hacer "vibrar" a las miles de personas que acudieron ayer hasta el Mar Menor para disfrutar de un concierto grandioso, que no dejó a nadie indiferente.

De riguroso negro y con una camiseta de 'Democracia Real Ya', el artista repasó gran parte de su discografía, sobre todo con su álbum más conocido, 'Play' con las singles 'Porcelain' o 'Why does my heart feel so bad?'.

Moby arrancó con 'It's Raining Again', aunque tuvo tiempo para el Go, Feeling so Real, Southside o Lift me up para acabar casi dos horas después con Thousand, canción que le hizo ganar el récord mundial por la canción más rápida de la historia. Un genio de la música que, una vez más, no defraudó.