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El arte es, a veces, una gran herramienta de resistencia ante la privación de derechos y libertades. Y eso es lo que está ocurriendo también en Afganistán frente al avance talibán.
Muchos y muchas valientes han dado un paso al frente con grafitis y obras que denuncian lo que está pasando en su país.
Armada de valentía, empuñando pinceles. Durante años, su campo de batalla han sido las calles de Kabul y su lucha ésta en dar visibilidad a las mujeres.
En sus redes, esta grafitera asegura estar a salvo, pero nadie sabe hasta cuándo. Los grandes esfuerzos y las pequeñas esperanzas de Shamsia Hassani se han borrado de repente.
Hasta ahora ella ha formado parte de un grupo de artistas empeñados en demostrar que en Afganistán además de los señores de la guerra existen también señores y señoras del arte, embelleciendo las paredes destruidas por las bombas.
El pasado 15 de agosto aún estaban en pie de guerra, uno de ellos Omaid Sharifi escribía: "Buenos días, Kabul, estamos pintando un mural y la situación me recuerda a la escena de Titanic donde los músicos tocan mientras se hunde el barco. Espero que disfrutéis viendo nuestro mundo de miserias".
20 años tratando de dar color a un futuro que se ha ido a negro.