Por qué las letras F y J de los teclados tienen una raya en relieve
El diseño de teclado con las teclas con relieve es obra de June E. Botich en el año 2002.
El principal objetivo es favorecer la memoria muscular y aumentar la velocidad de escritura sin necesidad de mirar.
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Pasamos tanto tiempo delante del ordenador (aunque cada vez más sus funciones estén siendo asumidas por los teléfonos inteligentes) que podría parecer que no tienen secretos para nosotros. Sin embargo, todavía hay ciertos enigmas como el que os contamos hoy. Si te has fijado en el teclado de tu ordenador, podrás comprobar que tanto la tecla F como la tecla J tienen unas pequeñas protuberancias o relieves cuya utilidad real puede que nunca te hayas planteado. Esta es su función.
Por qué las teclas F y J son diferentes
El diseño de teclado con la F y la J como teclas con un pequeño relieve fue creado por June E. Botich en el año 2002. La idea detrás de hacer diferentes estas dos teclas tiene que ver con la mecanografía, el proceso de introducir texto en el teclado, y también con aumentar la velocidad de escritura o las palabras o pulsaciones por minuto (PPM).
La idea de Botich, que acabó triunfando, era que estas dos teclas sirvieran como guía dactilar para saber dónde colocar los dedos índices. De este modo, esta pequeña ayuda hacía que tuviéramos una referencia para saber dónde colocar dos dedos sin tener que mirar al teclado y que esto favoreciera el movimiento posterior que hiciera que aumentase el número de PPM del usuario.
La ubicación de las protuberancias en las teclas F y J de los teclados QWERTY no es arbitraria. Su colocación está en el punto más apropiado para orientarte en cualquier teclado sin que esto afecte a la velocidad de escritura. Si te fijas detenidamente, esta misma guía también está presente en el teclado numérico que hay en el margen derecho de algunos teclados. En este caso, la característica está presente en la tecla numérica 5, que actúa como el centro para alcanzar las demás teclas numéricas.
El diseño de Botich no solamente fue ampliamente aceptado, sino que incluso está patentado. En el registro de su patente incluso podemos comprobar que consideró otro tipo de ayudas, en este caso para saber dónde colocar los dedos meñiques: “Los bordes exteriores de la letra A de la tecla de la mano izquierda y de la tecla de punto y coma de la mano derecha [en el teclado español es la letra Ñ] tienen bordes exteriores elevados colocados sobre ellos”.
La clave del éxito para mejorar tu mecanografía
El éxito de este diseño tiene que ver con el concepto de memoria muscular. Es la capacidad que tiene el cuerpo de aprender y memorizar ciertos movimientos específicos a través de la repetición y la práctica, precisamente la clave para mejorar tu mecanografía. Por tanto, como el sistema nervioso central puede recuperar patrones de movimiento a base de repetirlos, aunque no prestes atención a la colocación de estas marcas, podemos acudir a ellas de forma involuntaria y así tener un punto de partida para mover los dedos desde estas posiciones al resto de teclas sin necesidad de apartar la vista de la pantalla e incluso con la práctica suficiente sin mirar ni al monitor.
La mecanografía al tacto o escritura a ciegas (touch typing en inglés) es el estilo de escritura a máquina en el que no miras el teclado y te basas en la memoria y tacto de los dedos para ubicar las teclas. Esa es precisamente la clave de la pequeña ayuda que se le ocurrió a June E. Botich en el año 2002, que facilita la memoria muscular para que puedas escribir a gran velocidad sin necesidad de mirar, con un proceso mental similar al que tiene un virtuoso guitarrista que puede tocar el instrumento sin la necesidad de ver ni las cuerdas ni los trastes.