Quién fue Perico el de los Palotes y de dónde viene esta expresión
No está demasiado claro si su origen es real o inventado
Hay constancia de su existencia escrita desde el siglo XVII
El origen de las frases hechas más populares de la lengua española
MadridHay muchas expresiones que forman parte del lenguaje desde hace tanto tiempo que las empleamos, incluso sin tener demasiado claro cuál es su origen o si hacen referencia a una persona real o inventada. Pocas personas saben quién fue Perico el de los Palotes, pero eso no nos impide utilizar esta expresión de vez en cuando.
Esta frase se emplea para hacer referencia a una persona cualquiera, alguien que no es importante o relevante, por si alguien dudaba del significado original de esta expresión o no tenía demasiado claro cuál era el momento oportuno para usarla. No es demasiado frecuente emplearla mal, como sucede con otras, sobre todo en el caso de los refranes, que tendemos a mezclar, pero nunca está de más conocer su significado concreto.
Tampoco es mala idea saber de dónde viene y por qué se emplea, al fin y al cabo, todo lo que podamos aprender a lo largo de la vida es bienvenido, pues nunca sabemos en qué momento nos será de utilidad o nos hará ganar una partida de Trivial.
Perico el de los Palotes y de dónde viene esta expresión
Como es evidente, esta no es una expresión nueva, hay que viajar atrás en el tiempo para encontrar su origen y este no es demasiado claro. Hay quienes señalan que su origen podría estar en el siglo XVI, tal y como apuntan desde 20 minutos, señalando que Perico el del los Palotes sería un bobo que tocada el tambor y seguía al pregonero (los 'palotes' serían las baquetas). No existe constancia de que en algún momento existiera esta persona real a la que atribuir esta expresión, por lo que esta explicación estaría más relacionada con el folklore y la leyenda que con la realidad.
La expresión, no obstante, puede encontrarse escrita desde el siglo XVII, los historiadores señalan cómo puede leerse un “¿Qué pasa, que soy Perico el de los Palotes?”, en la obra de Sebastián de Covarrubias El tesoro de la Lengua Castellana.
A lo largo del tiempo han sido varios los autores que han usado esta expresión para nombrar sus obras literarias, incluso en alguna ocasión para firmarlas, como sucedió con Carmen de Burgos, que aparecía en la lista de autores prohibidos durante el franquismo, y empleó este seudónimo para firmar sus textos porque no podía usar su propio nombre por estar divorciada.
Esta expresión, desde su origen ligeramente incierto, ha sido empleada en numerosas ocasiones en la literatura, Quevedo la empleó en su libro, El Buscón, donde escribió: “Periquito el de los palotes; si no tienes cuartos, que dame doblones”.
Si fue un bobo que seguía al pregonero mientras tocada el tambor, fue sin duda uno de los más famosos bobos que han existido, porque el tiempo no ha dejado que olvidemos el nombre (o apodo) de este personaje que viene a nuestra mente en los momentos de indignación -tal y como lo empleó Covarrubias- para señalar a una persona indeterminada a la que se hace referencia.
