Cómo se descubrió el café y por qué fue considerado una bebida prohibida en sus inicios

Los sacerdotes católicos en Italia consideraron que se trataba de una bebida satánica, por sus efectos
Los efectos del café en el organismo a partir de los 55
MadridPara algunas personas es tan solo una bebida, pero para otras es una necesidad. El café puede ser el mejor compañero de muchas personas, a quienes salir de la cama les cuesta un poco más y necesitan un chute de energía extra, también puede ser el carburante que los estudiantes necesitan para ponerse las pilas, o la excusa de cualquiera para poder hacer una pausa. Sorprende pensar que hubo un tiempo en el que estaba considerada una bebida prohibida.
El origen del café y por qué se consideró una bebida prohibida
Todas las historias tienen un comienzo y la del café no es diferente, con el tiempo se ha ido convirtiendo en una de las bebidas más consumidas, que forma parte de desayunos y sobremesas. Aunque ahora está completamente extendido y se puede encontrar en cualquier parte, para conocer el origen del café hay que viajar hasta concretamente a África, en Etiopía, en la provincia de Kaffa. No se sabe el momento exacto en el que se comenzaron a consumir granos de café, pero sí el lugar.
Hay muchas historias sobre el momento en el que esto pasó, pero la más extendida señala a un pasto de cabras que observó cómo tenían mucha más energía tras consumir estas semillas, lo que le animó a probarlas. En el siglo XV fue cuando se empezó a tostar para beberlo como infusión y con el tiempo se extendió por el mundo su consumo y, sobre todo, su cultivo. Los holandeses fueron los primeros en importar, en 1616, granos de café a Europa para su cultivo, hasta ese momento los árabes eran quienes se habían encargado de su cultivo y distribución.
Aunque ahora nos parezca esencial compartir una taza de café con amigos o tomar varios a lo largo del día, hasta llegar a este punto esta bebida ha tenido que enfrentarse con bastantes obstáculos, pues ha sido prohibida en varias ocasiones. Cuando llegó al Medio Oriente se convirtió en motivo de reunión, la gente compartía un café, pero también sus ideas, lo que supuso un problema para los gobernantes, que cerraron las cafeterías y prohibieron la bebida.
A finales del siglo XVI, cuando el café se extendió por Europa, los sacerdotes católicos en Italia consideraron que se trataba de una bebida satánica, por sus efectos, pero también por su origen musulmán. Esta fue una prohibición corta, porque al probarla el Papa Clemente VIII, le encantó. Federico el Grande intentó en el siglo XVIII que el consumo de café se limitara a los miembros de la aristocracia de Prusia.
Durante el imperio Otomano el café estuvo prohibido durante un siglo, de nuevo por el temor a que grupos de personas se reunieran a compartir historias y pensamientos y eso acabara generando un levantamiento contra el poder establecido. Esto parece haber sido algo intrínseco al café, también en Suecia el rey Gustav III lo prohibió en 1746, en su caso alegando cuestiones de salud, pues son varias las ocasiones en las que las reuniones en café han sido el germen de revoluciones, aunque seguramente esto esté menos relacionado con el café y más con las cafeterías en sí.

