El origen de la expresión “a buenas horas, mangas verdes” y su contexto histórico

Se emplea para indicar que alguien está haciendo algo cuando ya no es necesario o que su ayuda se esperaba antes
¿De dónde viene la expresión 'cantar las cuarenta'?
MadridIntentamos llegar a tiempo, hacer las cosas cuando corresponde, pero no siempre podemos lograrlo. Cuando alguien fracasa en ese intento, no es raro escuchar como alguien señala: “a buenas horas, mangas verdes”, una expresión que habitualmente se emplea para indicar precisamente eso, que alguien está haciendo algo cuando ya no es necesario, su ayuda se esperaba antes.
Pocos son los hogares en los que esta expresión no ha sido pronunciada, normalmente con cierto tono de fastidio, pues llega la solución una vez que ya no se necesita, en ocasiones porque ya lo hemos solucionado, o porque se ha optado por otra que no era la adecuada o porque el desastre ya ha tenido lugar y no hay solución posible. También es probable que se dirija directamente a la televisión, al fin y al cabo no hace falta ser protagonista del suceso para saber cuando alguien no está siendo oportuno.
Una expresión típica, cuyo origen no siempre es conocido, aunque no está de más saber de dónde viene, para poder seguir usándola de la misma manera, pero con más conocimientos sobre ella.
De dónde viene la expresión “a buenas horas, mangas verdes” y su contexto histórico
Esta es una frase que se continúa empleando hoy día, aunque no siempre se diga entera (seguramente más de una vez se haya escuchado solo el “a buenas horas” seguido de una significativa pausa), por lo que sorprende bastante descubrir que tiene unos 500 años de antigüedad.
Desde la Edad Media existía la Santa Hermandad, una especie de policía de esa época que actuaba bajo las órdenes de los Reyes Católicos. Eran soldados que velaban por el cumplimiento de la ley fuera de los límites de las ciudades, en una época en la que era de vital importancia coger a los ladrones y maleantes con las manos en la masa. El uniforme que llevaban tenía un chaleco de cuero hasta la cintura y, para sorpresa de nadie, las mangas de color verde.
No era poco habitual que llegaran tarde al lugar de los hechos, cuando ya no podían hacer nada para impedir la situación, por lo que esa frase era empleada con cierta frecuencia.
Este cuerpo de seguridad tenía como finalidad acabar con la presencia de bandoleros, que habían aumentado durante la guerra que se había producido entre quienes apoyaban a los Reyes Católicos, que resultaron vencedores, y los que apoyaban a Juana ‘la Beltraneja’. Comenzaron siendo cuadrillas que velaban por la paz de sus villas y castigaban a quienes apoyaban a ‘la Beltraneja’, pero se unificaron finalizada la guerra.
Las cuadrillas perseguían a los delincuentes hasta cinco leguas de su villa, donde era la cuadrilla de la siguiente villa quien tomaba el relevo, avisados de la situación gracias a un sistema que hacía sonar una campana con la intención de que fueran conscientes de que algo pasaba. Esta Hermandad actuaba como policía, juez y verdugo. Con el paso del tiempo y la muerte de Isabel La Católica, fueron perdiendo fuerza y también confianza, pues la frase “a buenas horas, mangas verdes” no se hizo famosa por nada.

