Origen de la expresión "dar gato por liebre": surgió en un contexto que hoy causaría mucha polémica

Sorprende conocer el origen de expresiones que seguimos empleando habitualmente
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MadridHay expresiones que son perfectas para lo que estamos buscando decir, ni siquiera tenemos que pensar en ello, se produce una situación concreta y en nuestra mente parecen formarse las palabras exactas que alguien ideó hace años, creando esa expresión que resume a la perfección lo que pensamos. La mayor parte de las veces, ni siquiera somos conscientes de que tienen un origen.
Por ejemplo, cuando nos encontramos ante una situación sospechosa, en la que es evidente que alguien ha sido engañado de manera deliberada, cuando a alguien le dan algo que tiene un valor menor que aquello que esperaba (o por lo que ha pagado), no somos conscientes de pensar las palabras “te han dado gato por liebre” antes de que salgan por nuestra boda.
Nos parece algo evidente, te han engañado, no has obtenido lo que esperabas y ha sido una jugarreta de alguien que sabía muy bien lo que hacía, te han dado ‘gato por liebre’. Una expresión que siempre ha formado parte de nuestra cultura y que, como tantas otras expresiones, tiene un origen, aunque no lo conozcamos. Su existencia no es fruto del azar y si actualmente nos viéramos en una situación tal como la que originó esta expresión, seguramente arderían las redes, pero ¿se crearía una expresión capaz de trascender de esta manera?
‘Dar gato por liebre’, ¿cuál es el origen de esta expresión?
Esta frase tiene su origen en la Edad Media y es una expresión que comenzó a usarse de manera literal, aunque ahora se emplee figuradamente. En los lugares en los que se servía comida, incluso en aquellos en los que se anunciaba que el menú del día era la liebre, en realidad lo que servían era gato.
Mesones, tabernas y posadas se aprovechaban de las similitudes entre ambos animales para ahorrar un poco de dinero y ganar un extra, ofreciendo carne de gato, muy barata, como si fuera carne de liebre, mucho más valiosa y cara en aquel momento. Esto, como decimos, era posible porque ambos animales, una vez preparados para el consumo, son muy parecidos, físicamente y también en sabor (según se cuenta). Este cambio era conocido y de ahí la expresión ‘dar gato por liebre’.
Esta es una situación que hoy día nos parece impensable, más porque el gato se considera un compañero de vida que porque seamos capaces de distinguir animales distintos si se preparan de una forma determinada. También porque las normas sanitarias actuales no permitirían servir en un establecimiento un animal que no ha pasado por ciertos controles de seguridad que lo declaren apto y seguro para el consumo humano.
Más allá de estos cambios, en el momento todo el mundo era consciente de la situación y del timo que estos establecimientos llevaban a cabo, tanto es así que la literatura tiene varias referencias a esta expresión, como las que se encuentran en el Siglo de Oro de la mano de Cervantes en El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha; él ya utilizó esta expresión del modo que se emplea actualmente.

