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¿Sabías que puedes ver tu nariz todo el tiempo? El cerebro la “borra” por una razón fascinante

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El motivo por el que no percibes tu nariz. Pexels
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MadridEn el centro de la cara está la nariz, un órgano esencial y que cumple con diferentes funciones, algunas de ellas vitales. Una de sus funciones clave es la respiración, el aire pasa a través de las fosas nasales donde se aclimata antes de llegar a los pulmones, se humedece, se ajusta a la temperatura corporal y se filtra, evitando que partículas y contaminantes lleguen a donde no tienen que estar. 

Así, además de favorecer la respiración, la nariz también protege contra infecciones y traumatismos, porque hace de barrera para proteger el resto de la cara ante golpes, es crucial para el sentido del olfato, porque contiene receptores que detectan una amplia variedad de olores y también contribuye a la producción de la voz, la resonancia que genera amplifica los sonidos vocales. 

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La nariz aporta personalidad en muchas ocasiones, haciendo que alguien pueda verse más atractivo solo por este pequeño detalle, también puede suceder todo lo contrario y convertirse en algo que el propietario detesta, porque considera que no le favorece. Siempre está ahí, en el medio, por lo que sorprende que no podamos verla habitualmente y que sea necesario concentrarse para conseguirlo. 

Lo cierto es que esto no es así, podemos ver nuestra nariz siempre, pero el cerebro se encarga de ‘borrarla’ y el motivo es bastante curioso. 

El motivo por el que el cerebro ‘borra’ tu nariz

La nariz está en nuestro campo de visión de forma constante, por lo que siempre estamos viéndola, sin embargo, no somos conscientes de ello, nuestro cerebro ‘borra’ su presencia y así centra su atención en otras cosas que considera que son más importantes para nosotros que esta constante que, visualmente, nos aporta poca o ninguna información nueva, a no ser que sufra cambios significativos, aunque pasado cierto tiempo, de nuevo es siempre igual. 

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Esto no es por envidia o venganza, el cerebro no tiene nada en contra de la nariz ni planea ignorarla para que no se sienta querida. Este borrado se debe a un fenómeno llamado adaptación sensorial y se produce cuando hay algún estímulo que es constante. El cerebro se ajusta porque lo considera irrelevante y de este modo puede concentrarse en otras cosas de nuestro entorno que considera más importantes y que sí necesitamos ver, optimizando así la percepción. 

Esto podría parecernos curioso, pero lo cierto es que lo hacemos constantemente y de manera inconsciente. Sucede igual cuando entramos en una estancia y hay un olor intenso, pasado cierto tiempo nos acostumbramos a él y dejamos de notarlo, también pasa con el ruido. Ruidos que son constantes y dejamos de percibirlos como tal, solo cuando paran nos damos cuenta de que estaban ahí y lo molestos que eran. 

También pasa con el tacto, por ejemplo, cuando olvidamos que tenemos algo en la mano y nos volvemos locos buscándolo. ¿Alguna vez has probado el primer bocado de un plato y te ha resultado delicioso y lleno de matices? Puede que el resto de bocados no sean tan sorprendentes y eso es por la adaptación sensorial, las células se adaptan y los sabores son más familiares.