De dónde viene la expresión “irse por los cerros de Úbeda” (y qué personaje real la inspiró)

En un primer momento se usaba para señalar que alguien se había perdido, pero ahora se emplea de otra forma
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MadridSi eres de esas personas directas y que siempre van al grano, es probable que la expresión ‘irse por los cerros de Úbeda’ te sea completamente ajena. Por el contrario, estarán bastante familiarizados con ella quienes son un poco más dispersos y contando algo les surgen varias ideas nuevas que también quieren compartir, hilando varias historias que se cruzan en sus pensamientos.
Esto es así porque eso es exactamente lo que quiere decir ‘irse por los cerros de Úbeda’, desviarse del tema principal, divagando o hablando de forma incongruente de otras cosas que le alejan de lo que se estaba expresando en un primer momento. Quienes exponen sus ideas con claridad, cuentan las historias con un principio, un nudo y un desenlace, no hacen estas cosas, pero quienes dejan que sus palabras divaguen tanto como su mente, sí que suelen hacerlo, haciendo que quien les escucha tenga que poner su máxima atención para saber qué están contando. Si es que lo consiguen.
No es raro que las personas que se van por los cerros de Úbeda cuenten las historias a medias, o el desenlace de las mismas llegue cuando has olvidado de qué se estaba hablando en un primer momento. En general, señalar que alguien se está yendo por los cerros de Úbeda es una manera de reconducir y señalarle que se está desviando del tema, o que está esquivando el foco principal a propósito. Es probable que sea una estrategia para no responder directamente a lo que se pregunta.
Tanto si se hace de manera inconsciente como si se desvía el tema con toda intención de hacerlo, la frase es igualmente aplicable, pero ¿de dónde viene?
De dónde viene la expresión ‘irse por los cerros de Úbeda’
Como suele ser habitual hay varias teorías respecto al origen de la expresión, la más conocida tiene como protagonista al capitán Álvar Fáñez y nos lleva al año 1234, bajo el reinado de Fernando III, el Santo. Al parecer, durante la conquista de Úbeda por parte de los cristianos, se esperaba su presencia en batalla, pero nunca llegó. Finalizada la batalla explicó que se habría perdido por los cerros de Úbeda.
La leyenda también dice que podría haberse ‘perdido’ por pretender a una mujer. La historia, por otra parte, señala que en esos cerros no es posible perderse o esconderse y, sobre todo, que Fáñez murió mucho antes de que esta batalla tuviera lugar y del nacimiento de Fernando III.
Otras historias, más creíbles, señalan que esta expresión no tiene relación con Úbeda, sino que habla de los cerros de Idubeda, nombre muy similar. En este lugar, por sus características, sí que habría sido posible perderse o extraviarse, tal y como recogía Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana o española.
En origen se empleaba esta expresión en un sentido más terrenal, ante quien se perdía o extraviaba en un terreno, y fue con el tiempo cuando pasó a emplearse como una manera de señalar que un discurso tomaba derroteros que no llevan a una conclusión.

