Hace poco, cuenta, "alguien me dijo 'quiero ser tan delgado como en tu sesión de fotos' y para ser sincera no me sentí del todo cómoda", confiesa Rhodas. De hecho, expresa sentirse un poco "culpable".
"Estas imágenes son con iluminación profesional, mucho bronceado falso, toneladas de maquillaje, buenas poses y un físico que se veía así desde una dieta extrema", desvela Rhodas en un mensaje que ha publicado en su cuenta de Instagram junto con una instantánea en la que se muestra a ella misma en una foto sin ningún tipo de retoque.
"Estas fotos no representan lo que era en la vida real, la baja grasa corporal, que tenía una apariencia demacrada y agotada. Pesaba 44 kilos y me volvía loca si superaba los 45. Ahora, peso 58.", ha explicado Rhodas, que ha admitido tener en aquella época "un trastorno alimenticio".
En este sentido, Rhodas confiesa que en la industria "hay mucha presión para que se luzca de cierta manera y, definitivamente, puede ser una razón por la que esto puede derivar al desorden alimenticio sin darse cuenta".
Por ello, ahora, que está organizando una sesión, quiere obtener unas imágenes con un aspecto más saludable. "Quiero inspirar a otros a sentirse bien, mental y físicamente. Este es el sueño que quiero vender", ha dicho.
Por último, recuerda que la próxima vez que alguien vea una imagen 'fitness' recuerde que probablemente se vea así por un periodo de tiempo muy corto y que se trata de algo muy difícil.