Antes de comenzar cualquier viaje de carretera, sabemos que hay que revisar el vehículo y comprobar que esté todo a punto: frenos, luces, neumáticos, aceite, colocar el equipaje de la forma más segura posible etc. Sin embargo, algo a lo que no se le suele prestar demasiada atención y que es más importante de lo que parece, sobre todo para no recibir multas, es la placa de matrícula.
La matrícula del coche es como el DNI del mismo, permite identificarlo y distinguirlo de cualquier otro. Es un elemento obligatorio que debe ser legible y la responsabilidad de que así sea recae en el conductor, por lo que circular con las placas de matrícula (delantera o trasera) de forma irregular es motivo de sanción.
Si la placa está doblada o dañada puedes ser sancionado con una multa de 200 euros. Lo mismo ocurre si la placa está tan sucia que dificulta su legibilidad -te pueden multar hasta si el vehículo no está en movimiento- por lo que es recomendable fijarse en ella y pasarle un trapo si se ha circulado por lugares muy sucios.
Una de las infracciones que se considera más grave es la de la manipulación de la matrícula, la multa podría alcanzar los 6.000 euros y conllevar la pérdida de seis puntos en del carné de conducir además de suponer la inmovilización del vehículo. Si en cualquier momento, nos percatamos que hemos perdido una placa de matrícula o nos la han robado, es recomendable poner una denuncia en la policía, los agentes te darán un justificante para poder circular con el vehículo.
Otras infracciones que se consideran como graves serían: llevar la placa mal sujeta y con posibilidad de que se caiga en cualquier momento, que no esté conforme con la documentación o los registros del vehículo, características o emplazamiento no reglamentario y por supuesto la ocultación de la misma por cualquier método.