¿Cómo hacer un testamento a mano?

Testamento ológrafo, ¿qué es y por qué pierde validez a los cinco años?
Supone una alternativa válida y económica para disponer de los bienes tras el fallecimiento
El testamento ológrafo es una opción legítima para expresar las últimas voluntades de manera personal y directa
MadridEl testamento ológrafo es una modalidad testamentaria en la que una persona redacta de su puño y letra sus últimas voluntades, sin la intervención de un notario. Aunque es menos común que el testamento notarial, supone una alternativa válida y económica para disponer de los bienes tras el fallecimiento. Eso sí, para que sea válido se tienen que seguir una serie de pasos establecidos, y además cumplir con unos requisitos esenciales. La normativa está recogida en el Código Civil entre los artículos 688 y 693.
Requisitos legales del testamento ológrafo
Para garantizar la validez de un testamento ológrafo, es imprescindible cumplir con los siguientes requisitos:
- Capacidad del testador: El testador debe ser mayor de edad y estar en pleno uso de sus facultades mentales en el momento de la redacción del testamento.
- Redacción manuscrita: El documento debe estar escrito íntegramente a mano por el propio testador. No se admiten textos mecanografiados ni redactados por terceros.
- Firma del testador: Es esencial que el testamento incluya la firma del testador al final del documento, lo que confirma su autenticidad y conformidad con el contenido.
- Fecha de otorgamiento: Debe especificarse claramente el día, mes y año en que se redacta el testamento. Esta información es crucial para determinar la vigencia del documento y su prelación respecto a otros posibles testamentos.
- Correcciones y enmiendas: Si el testamento contiene tachaduras, enmiendas o palabras entre renglones, el testador debe salvarlas bajo su firma para que sean consideradas válidas.
Procedimiento para elaborar un testamento ológrafo
Seguir estos pasos garantizará que el testamento ológrafo cumpla con los requisitos legales y refleje fielmente la voluntad del testador:
1.- Preparación previa: Antes de redactar el testamento, es recomendable realizar un inventario detallado de los bienes y decidir cómo se desea distribuirlos entre los herederos.
2.- Redacción del documento: En un ambiente tranquilo, el testador debe escribir de su puño y letra el contenido del testamento, asegurándose de incluir:
- Identificación del testador: Nombre completo y datos personales.
- Declaración de voluntad: Manifestación clara de que el documento es su testamento y expresa sus últimas voluntades.
- Designación de herederos: Nombres completos de las personas o entidades que recibirán los bienes, especificando qué parte o bienes específicos se asignan a cada uno.
- Disposiciones particulares: Instrucciones sobre tutelas, reconocimiento de deudas, legados específicos u otras disposiciones relevantes.
- Fecha completa: Día, mes y año de la redacción.
- Firma: Al final del documento, como confirmación de la autenticidad y conformidad con el contenido.
3.- Revisión del testamento: Es fundamental leer cuidadosamente el documento para asegurarse de que refleja fielmente la voluntad del testador y que no contiene ambigüedades o errores.
4.- Custodia del testamento: El testador puede guardar el testamento en un lugar seguro o entregarlo a una persona de confianza. Es esencial que los herederos o personas cercanas conozcan la existencia y ubicación del testamento para su posterior ejecución.
Aunque la intervención notarial no es necesaria en la redacción del testamento ológrafo, tras el fallecimiento del testador, la persona que tenga en su poder el testamento debe presentarlo ante un notario en un plazo de 10 días. El notario procederá a su adveración y protocolización, verificando su autenticidad y cumpliendo con los requisitos legales.
El testamento ológrafo es válido siempre que cumpla con los requisitos arriba mencionados. Sin embargo, su informalidad puede dar lugar a impugnaciones o dificultades en su interpretación. Por ello, aunque esta modalidad ofrece privacidad y economía, es recomendable, en la medida de lo posible, acudir a un notario para garantizar una mayor seguridad jurídica y evitar posibles conflictos entre los herederos.
En resumen, el testamento ológrafo es una opción legítima para expresar las últimas voluntades de manera personal y directa. No obstante, es crucial cumplir estrictamente con los requisitos legales y considerar las implicaciones prácticas para asegurar que los deseos del testador se cumplan sin contratiempos.

